El Tribunal Supremo de EEUU ha obligado este jueves al presidente, Donald Trump, que entregue sus impuestos –tanto los personales como los de sus empresas– a la fiscalía de Nueva York, después de años de batalla judicial por la trasparencia de la situación financiera del presidente. La Cámara de Representantes, controlada por la oposición demócrata, no ha obtenido acceso a los datos.
Por qué es importante: La fiscalía de Nueva York le está investigando actualmente por unos presuntos pagos de dinero en negro a actrices porno y modelos con los que el Presidente había mantenido relaciones extramatrimoniales.
Trump se ha resistido, desde que comenzó su mandato, a hacer públicas sus declaraciones de impuestos, algo que sí han hecho todos sus antecesores a lo largo de la historia. El tamaño de su fortuna es un misterio.
No hay que olvidar que el Tribunal Supremo es un órgano, en teoría, de corte conservadora. El propio Trump ha nombrado a dos de los nueve magistrados en activo. Los dos fallaron finalmente en contra de Trump, a favor de que desvelase sus impuestos.
El mandatario ha respondido a la decisión del Supremo calificando el caso por su declaración de impuestos de «enjuiciamiento político» y ha tirado valores fuera a través de su cuenta de Twitter, acusando a la Administración Obama de corrupción.
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1281238367464808454