Turquía suspende a más de 9.000 policías por supuestos vínculos golpistas
El Gobierno de Turquía ha anunciado hoy la suspensión de sus funciones de 9.103 agentes de policía por supuestos vínculos con la red del clérigo islamista Fethullah Gülen, a quien Ankara acusa de organizar el intento de golpe de Estado del pasado 15 de julio. La Dirección General de Seguridad ha informado, en un comunicado colgado en su web y citado por varias agencias, de que las suspensiones se deben a los vínculos con «la Organización Terrorista de Fethullah Gülen», como definen las autoridades turcas a la red del predicador.
El Gobierno turco ha anunciado hoy la suspensión de sus funciones de 9.103 agentes de policía por supuestos vínculos con la red del clérigo islamista Fethullah Gülen, a quien Ankara acusa de organizar el intento de golpe de Estado del pasado 15 de julio. La Dirección General de Seguridad ha informado, en un comunicado colgado en su web y citado por varias agencias, de que las suspensiones se deben a los vínculos con «la Organización Terrorista de Fethullah Gülen», como definen las autoridades turcas a la red del predicador.
La medida se toma gracias a las prerrogativas del estado de emergencia establecido tras la fallida asonada, que permiten al Gobierno turco tomar medidas excepcionales para garantizar la seguridad. Unos 2.500 policías suspendidos estaban destinados en Estambul, otros 1.350 en Ankara y el resto estaban destacados en otras provincias del país. Esta nueva purga masiva de funcionarios llega cuando horas antes fueron detenidas al menos 1.120 personas -en su mayoría policías y otros agentes de las fuerzas de seguridad- por presuntos vínculos con la red gülenista.
Tras los primeros arrestos, el ministro turco del Interior, Süleyman Soylu, declaró que las fuerzas de seguridad y el aparato judicial «han dado un paso importante para descubrir y destruir una estructura que infelizmente se infiltró en nuestra dirección de seguridad».
Gülen fue hasta 2013 un estrecho aliado del gubernamental islamista Partido de Justicia y Desarrollo (AKP), en el poder desde 2002 en Turquía. Divergencias de estrategia y luchas de poder terminaron de enemistar a los gülenistas y el AKP, convertidos ahora en enemigos irreconciliables. El AKP pidió la extradición de Gülen (exiliado en Pensilvania, Estados Unidos) y empezó a purgar la Administración de presuntos miembros de la cofradía antes del fallido golpe de Estado, pero desde entonces la persecución se ha intensificado. Si bien Gülen ha negado toda implicación en el golpe, la policía turca ha detenido a más de 110.000 personas por gülenismo desde el 15 de julio.