Un estudio afirma que los patinetes eléctricos pueden contaminar más que un autobús
Hay dos factores principales por los que contaminan: el primero la vida útil de los aparatos, el segundo lo perjudicial que es su transporte y distribución
Desde su llegada a las grandes ciudades, los patinetes eléctricos se habían postulado como la mejor alternativa medioambiental para transportarse por los núcleos urbanos. Y, aunque esta teoría no es del todo falsa, tampoco es del todo cierta.
Es verdad que contaminan menos que los coches, pero son más perjudiciales para el medio ambiente que un autobús de ciudad, según un reciente estudio publicado por la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos.
«Las compañías de patinetes eléctricos se jactan de tener poca o ninguna huella de carbono, lo cual es una declaración arriesgada», ha dicho Jeremiah Johnson, autor del estudio y profesor asociado de Ingeniería civil, de construcción y ambiental en en la Universidad de Carolina del Norte.
Para elaborar este informe, los investigadores han observado las emisiones asociadas con cuatro aspectos del ciclo de la vida de cada scooter: la producción de los materiales y componentes de cada patinete; el proceso de fabricación y las logísticas de recoger, y de cargar y distribuir cada aparato.
«Descubrimos que el impacto ambiental de la electricidad utilizada para cargar los e-scooters es bastante pequeño, aproximadamente el 5% de su impacto general», dice Johnson. “El impacto real proviene principalmente de dos áreas: el uso de otros vehículos para recolectar y redistribuir los patinetes; y las emisiones relacionadas con la producción de los materiales y componentes de cada uno», ha añadido Johnson.
Esto significa que hay dos factores principales que contribuyen a la huella ambiental de los patinetes eléctricos. La primera está relacionada con la vida útil de los aparatos, dos años, que es mucho menor que la de cualquier otro medio de transporte. Consecuencia de ello es que produce una gran contaminación, al no compensar la contaminación que produce la fabricación de sus piezas.
La segunda causa es lo perjudicial que es el transporte y distribución de los scooters puesto que muchos de ellos se envían de China a EEUU.
Por tanto, este estudio no critica los beneficios medioambientales del patinete eléctrico, sino más bien el uso por parte de los ciudadanos y las empresas que los distribuyen.