Las nanopartículas se suman a la lucha contra la bacterias resistentes
Se ha descubierto que el uso de nanopartículas activadas por luz, llamadas puntos cuánticos, facilitará el combatir aquellas bacterias que son resistentes a los medicamentos.
El uso de nanopartículas activadas por luz, llamadas puntos cuánticos, facilitará combatir las bacterias resistentes a los medicamentos, según un estudio realizado por expertos de la Universidad de Colorado, publicado en la revista Science Advances, que confirma que el uso de estos puntos cuánticos conseguirá que ciertos patógenos, como la salmonella y el E. Coli dejen de ser resistentes a los antibióticos.
Los investigadores realizaron unas pruebas de laboratorio en las que introdujeron dichas nanopartículas activadas por la luz en “infecciones asiladas”, desactivando o activándolas a través de distintas longitudes de onda de luz. Al hacer la activación, los puntos cuánticos liberan un superóxido, es decir, un compuesto químico que hace interferencia con el metabolismo de la bacteria. Lo que ocurre es que cuando la bacteria lucha contra en superóxido, ésta se queda indefensa a los efectos de los antobióticos normales.
«Hemos desarrollado un nocaut con dos golpes. La reacción natural de la bacteria de luchar, en realidad la deja vulnerable», explica Prashant Nagpal, profesor asistente en el Departamento de Ingeniería Química y Biológica de la Universidad de Colorado en Boulder, también codirector de las investigaciones.
«Las bacterias súper resistentes ya existen, especialmente en hospitales», afirma Nagpal. Además, asegura, este descubrimiento es de enorme ayuda e importancia, ya que reduciría los costos de los cuidados médicos. Se estima que los gastos anuales rondan los 20.000 millones de dólares en tratamientos para combatir infecciones producidas por patógenos resistentes a los antibióticos.
Aproximadamente el 92% de las bacterias resistentes a antibióticos puedes eliminarse con este proceso, según un estudio realizado en enero de 2016. El uso de puntos cuánticos hace que estas bacterias se tornen 1.000 veces menos resistentes, y al ser de menor tamaño que éstas, permite destruir a las bacterias sin destruir las células ya dañadas, informa EF.
La coautora de dicho estudio, Anushree Chatterjee, explica que esta innovadora investigación, «ofrece una importante ventaja, modificación y adaptación para combatir una amplia gama de infecciones», y que además «no ofrece efectos secundarios adversos».