Un incendio en un campo de inmigrantes en Francia causa una decena de heridos

Un enorme incendio ha reducido a «un montón de cenizas» el campamento de inmigrantes Grande-Synthe situado en las afueras de la ciudad de Dunkerque, en el norte de Francia, causando heridas al menos a diez personas, han informado las autoridades regionales.

«No queda nada más que un montón de cenizas», declaró Michel Lalande, prefecto de la región norte de Francia a los periodista, mientras los bomberos trataban de extinguir las llamas que devoraron unas 300 de estas casas prefabricadas de madera en la noche del lunes. En el campamento vivían una 1.500 personas.

El fuego comenzó por la tarde tras una pelea entre afganos y kurdos iraquíes que dejó seis heridos por arma blanca. Según el responsable municipal, Olivier Caremelle, todo apunta a que el incendio fue «provocado«. «Ha prendido en varios sitios diferentes, no es posible que haya ocurrido de otra forma», señaló.

Los inmigrantes fueron evacuados del campo y serán realojados en un centro de emergencia aunque, según el prefecto, «será imposible volver a poner las cabañas donde estaban antes».

La población del Grande-Synthe ha aumentado considerablemente desde la destrucción el pasado octubre de lo que quedaba de otro gran campo de inmigrantes a unos 40 kilómetros, conocido como la Jungla de Calais.

Abierta en marzo de 2016, esta instalación construida por Médicos Sin Fronteras (MSF) y la ciudad de Grande-Synthe, había registrado varios incidentes violentos en los últimos meses. En invierno de 2016, la prefectura se negó a permitir la apertura del campo alegando problemas de seguridad, especialmente en caso de incendio. El ayuntamiento de Grande-Synthe realizó trabajos de mejora y el Estado aceptó finalmente financiar el funcionamiento del que fue vendido como campamento modélico en cuanto a sus normas de acogida.

Las autoridades francesas anunciaron a mediados de marzo que las fuerzas de seguridad planeaban desmantelar el campo tras varios enfrentamientos ocurridos en el lugar.

Durante más de una década, la costa norte de Francia ha atraído a miles de refugiados e inmigrantes que tratan de alcanzar Reino Unido. Las autoridades francesas han destruido una y otra vez en la zona los campos en los que esperan para cruzar. Los inmigrantes se colocan cerca de la autopista para tratar de entrar en camiones que se dirigen al país vecino o pagan a traficantes para que los trasladen al otro lado del Canal de la Mancha, informa AFP.