Centenares de hondureños de varias regiones de su país se han terminado de concentrar en San Pedro Sula, ciudad del norte de Honduras, para salir este viernes en caravana hacia Estados Unidos. Según la convocatoria en las redes sociales, un grupo de 3.000 personas tiene previsto salir desde este punto, desde donde una avanzada de 300 personas había partido de madrugada.
Lo más importante: la salida de la caravana está prevista hacia las 05:00 horas locales (11:00 GMT), y la movilización «será en orden y guardando las medidas sanitarias por la pandemia de COVID-19», ha informado a Efe uno de los organizadores de la concentración en la Central Metropolitana de autobuses de San Pedro Sula.
«Todavía no sabemos si nos iremos por Corinto o Agua Caliente», ambos puntos fronterizos con Guatemala, explica el organizador, que no ha querido señalar su nombre y que se va del país con su mujer y tres menores de edad.
«Es difícil conseguir un trabajo, la canasta básica de alimentos está por los cielos (a un alto coste) y el Gobierno, en vez de bajar, le sube más a las cosas», denuncia. Él tiene «pasaporte para poder viajar», explica, pero no los demás miembros de su familia, «porque cuesta mucho dinero y eso no lo podemos pagar los pobres. O comemos, o pagamos por documentos».
Las mujeres y niños que van en la caravana irán en el centro, mientras que los hombres irán a los lados «para protegerlos», explica el organizador, que confía en que los gobiernos de Guatemala, México y Estados Unidos «van a colaborar» porque «han expresado que ayudarán a los migrantes», aunque no ha querido admitir que las autoridades de esos países indicaron el pasado lunes que no se permitirá el ingreso de ningún migrante que pretenda hacerlo de manera irregular.
Los migrantes guardan esperanzas de que Biden, quien asume la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, sea más flexible con las normas migratorias que su antecesor Donald Trump[contexto id=»381723″], una posibilidad que ya ha sido rechazada por Washington.
Mientras, Guatemala ha decretado un «estado de prevención» en siete de sus departamentos, que le permite disolver incluso «por la fuerza» aglomeraciones públicas, ante la inminente llegada de la caravana, pero también ha dispuesto puestos de control y apoyo a personas que lo necesiten a lo largo del trayecto que podría tomar la caravana.
Mientras tanto, el Gobierno de México ya adelantó que «no promueve ni permitirá el ingreso irregular de caravanas de personas migrantes, y continuará actuando en apego a su ley migratoria y a los protocolos sanitarios establecidos».
Más de una docena de caravanas han partido de Honduras desde octubre de 2018, pero han chocado con el muro y los despliegues de miles de guardias fronterizos y militares ordenados por Trump en la frontera sur con México.