El 13% de los fallecimientos en la Unión Europea está relacionado con la contaminación, según un informe de la Agencia Europea del Medioambiente (AEM), para la que la crisis sanitaria actual muestra que hay que acelerar la sensibilización sobre el vínculo entre entorno y salud.
Por qué es importante: los europeos están expuestos constantemente a riesgos medioambientales como contaminación del aire, sonora y de productos químicos. En los 27 países de la UE y el Reino Unido, 630.000 muertes se pueden atribuir directamente o indirectamente a un entorno contaminado en 2012 según los últimos datos disponibles, indica el informe que destaca las importantes diferencias entre el este y el oeste de Europa y del nivel socioeconómico.
«La emergencia de los agentes patógenos zoonóticos (como en el caso del covid-19) está relacionada con el deterioro del medioambiente[contexto id=»381816″] y las interacciones entre el hombre y los animales en el sistema alimentario».
Así, al frente de la lista se encuentra Rumanía que registra cerca de uno de cada cinco fallecimientos vinculados con la contaminación, mientras que Suecia y Dinamarca están entre los mejores alumnos, con un muerto de cada diez por esa causa.
Principalmente relacionadas con el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, «estas muertes podrían evitarse si se eliminan los riesgos medioambientales nocivos para la salud», subraya la AEM.
«Las personas más pobres están expuestas de manera desproporcionada a la contaminación y a las condiciones meteorológicas extremas. Esto está relacionado con el lugar donde viven, trabajan y van al colegio, a menudo en zonas socialmente desfavorecidas y en barrios de la periferia (que son) grandes ejes de circulación», dice el informe.
El punto positivo para el medioambiente europeo es la calidad «excelente» del agua en más del 85% de los casos de las aguas de baño y el 74% del agua potable en las zonas subterráneas presentan un «buen estado químico».
Según la agencia, para mejorar la salud y el medioambiente en Europa hay que aprovechar los espacios verdes, los lugares de actividad física y de descanso, pero también la integración social, que «refrescan las ciudades en épocas de altas temperaturas, atenúan las inundaciones y reducen la contaminación sonora y apoyan la biodiversidad urbana».
Asimismo, parques y jardines se han mostrado esenciales para la salud mental y el bienestar durante la pandemia de COVID-19, señala la agencia europea.
La reducción de la circulación de vehículos, el descenso del consumo de carne y la retirada de las subvenciones a las energías fósiles son algunas de las soluciones que propone.