En julio de 2020 la NASA enviará a Marte un vehículo rover -un vehículo de exploración espacial diseñado para moverse sobre la superficie de un planeta u otro objeto astronómico- para explorar el Planeta Rojo pero, no irá solo. Un helicóptero autónomo de 1,8 kilogramos de peso le acompañará en su viaje espacial para llegar y explorar rincones del planeta a los que nunca se ha accedido. Equipado con placas solares que cargarán sus baterías, y dos hélices gemelas que girarán a casi 3.000 revoluciones por minuto, aproximadamente 10 veces más rápido que las palas de un helicóptero en la Tierra, el vehículo buscará signos de ambientes habitables, lugares que una vez pudieron albergar vida microbiana y evaluará los recursos naturales y los peligros para futuros exploradores humanos. Para ello contará con dos cámaras, un micrófono, un taladro para coger muestras y un mecanismo calefactor que le permita mantener la temperatura adecuada durante las frías noches marcianas.
Una vez que el rover aterrice en la superficie del planeta y se sitúe en una ubicación adecuada, desplegará el helicóptero y le transmitirá los comandos. Después de que las baterías del helicóptero estén cargadas y se lleven a cabo una gran cantidad de pruebas, los controladores de la Tierra ordenarán al MarsHelicopter que realice su primer vuelo autónomo de la historia.
Los científicos utilizarán los instrumentos a bordo del helicóptero para identificar y recoger muestras de roca y tierra, colocarlos en tubos sellados y dejarlos en la superficie del planeta para su posible retorno a la Tierra en una futura misión tripulada a Marte.
El MarsHelicopter se considera un proyecto de alto riesgo y alta recompensa. Si no funciona, la misión Mars 2020 no se verá afectada. Si funciona, los helicópteros pueden tener un futuro real como exploradores de vuelo bajo y vehículos aéreos para acceder a lugares innaccesibles por tierra.
«Explorar el planeta rojo con el MarsHelicopter ejemplifica un matrimonio exitoso de innovación científica y tecnológica y es una oportunidad única para avanzar en la exploración de Marte en el futuro», asegura Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misión Científica de la NASA en la sede de la agencia en Washington. «Después de que los hermanos Wright demostraron hace 117 años que el vuelo controlado, sostenido y controlado era posible aquí en la Tierra, otro grupo de pioneros estadounidenses puede demostrar que lo mismo se puede hacer en otro mundo».
Tanto el rover como el vehículo aéreo serán puestos en órbita con un cohete Atlas V de la United Launch Alliance (ULA) desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral en Florida, y se espera que lleguen a Marte en febrero de 2021.