Puede que usted no se lo crea. Seguramente lo niegue. Quizá tilde de mentiroso a este periodista. Pero se lo aseguro, Ernesto Sevilla (Albacete, 1978) es un hombre tímido, un ciudadano apocado. Un exitoso cómico en el cuerpo de un albaceteño extrovertido que necesita siempre, con una necesidad imperiosa, tomarse una cerveza, como mínimo, antes de actuar. Sin embargo -lo comprenderá-, ya hace unos años que dejó las actuaciones en directo.