El artista conceptual Juan Garaizabal, nos recibe en su taller de Madrid, desde donde, pese a la pandemia, sigue proyectando sus monumentales obras. Sus instalaciones también conocidos como «memorias urbanas», recrean o evocan trazos del pasado en un diálogo constante con el presente. Intervenir espacios públicos, nos cuenta, requiere de un «espiritu egoísta» el cual intenta domar, para lograr con lo mínimo, sumar a un ámbito que le pertenece a la colectividad. La práctica escultórica, la define a su vez como aquello que lo ha llevado a ser un hombre de muchos oficios. Actualmente está por inaugurar exhibiciones en el Grand Palais de París, en México y Pekin.