Cuando piensas en los veranos de tu juventud, seguramente piensas en tus amigos de siempre, las salidas nocturnas y con ello las primeras copas, la vuelta a casa a las tantas o en tu primer gran amor. Pues para mí a eso suena La Oreja de Van Gogh, a una mezcla de sentimientos, de nostalgia, alegría aunque también tristeza por el pasado. Su carrera musical ha acompañado a muchos durante su infancia, adolescencia y ahora en su madurez. Ellos mismos lo describen de la siguiente manera: «Hay una cosa maravillosa en llevar 25 años en la industria musical. Y es que vienen a nuestros conciertos padres con sus hijos que les gustaba La Oreja de Van Gogh y que ahora comparten una pasión, y eso es precioso».