Laura recoge retazos del día a día y deja que reposen en un caldo de ausencias, de anhelos, de destellos de alegría, de amor, de dinámicas familiares, de pérdida. De humanidad, en definitiva. Entonces escribe y sus personajes, que llegan desde un lugar muy íntimo a través de la «fractura de lo cotidiano», molestan conciencias y remueven entrañas: te plantan ante tu propio abismo.
Empezó con los relatos de Piscinas vacías autopublicándose, pero de eso hablaremos más adelante. Llegó su primera novela, Qué vas a hacer con el resto de tu vida. Después, las historias ilustradas de El amor después del amor. Y ahora publica La gente no existe, también una colección de relatos, y de eso hemos venido a hablar aquí. De eso y de otras muchas cosas.