Calle Villanueva, pleno centro de Madrid, allí es dónde he quedado con Romano Aspas. He leído en sus redes que se define como un artista que viene del futuro, que el amor universal es el motivo de nuestra existencia y que ha estado en la constelación Orión. A algunos el confinamiento les sirvió para descansar, a otros para aprender a cocinar, retomar viejos hobbies o volver a pasar tiempo de calidad con su familia, pero este asturiano fabricado en Venezuela lo aprovechó para hacerse viral en las redes sociales.