Juanma Castaño (Gijón, 1977) luce morenazo. Impropio para la fecha del año. Me atropella la vergüenza y no le pregunto si se da rayos uva o algo por el estilo. Hay errores que un periodista nunca se termina de perdonar. El de Gijón luce un color de piel envidiable, dientes níveos, barba cuidada, una estilosa camisa azul, un ‘peluco’ en su muñeca derecha. Da la mano con seguridad al llegar, y hace lo propio al despedirse. Antes, durante y después de la entrevista, veo a un hombre con charme. Ingenioso, rápido. El éxito, queridos, en esto de la comunicación no es casualidad. Trabajo y talento. Y suerte, claro.