Diez años después de su primera visita, nuestro redactor Rodrigo Isasi regresa a Damasco, una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo que no pasa por su mejor momento económico. «Hay muchos establecimientos vacíos o cerrados, checkpoints militares cada pocos metros y más gente tullida que de costumbre». Nueve años de guerra se notan.
«Es verdad que en la capital siria no falta comida y los mercados están abastecidos, pero los bolsillos de los sirios están vacíos». La libra siria experimenta uno de sus peores momentos. En 2011, los sirios obtenían un dólar por 48 libras sirias. Ahora, la tasa oficial es de un dólar por 434 libras, y hasta 1.000 libras por la misma cantidad en el mercado negro.
Las sanciones internacionales, la subida de precios y la crisis económica y social en Líbano, están asfixiando a la debilitada economía de Siria.
Con la guerra a punto de acabar, o al menos los grandes combates militares, la económica es la nueva batalla que debe librar el Gobierno de Bashar Al Assad.