Roma no paga traidores y Moncloa no premia a los críticos. Al menos, no con la visibilidad del altavoz parlamentario en la sesión de control. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, ha sido condenada al silencio en las sesiones de control del Congreso y lleva tres semanas sin foco en los plenos parlamentarios. Un castigo que se remonta a sus declaraciones iniciales del ‘No a la Guerra’ aderezada con la acusación de que el PSOE era un «partido de la guerra».