Adiós, doctor Gorroño, adiós
Con Ussía aprendimos a reír. Era guasón, era coñón. Bon vivant y gamberro. Listo y educado. Dandy y señor. Mujeriego y caballero. Ay, Señor, lo que hubiese disfrutado pellizcando en las metafóricas nalgas estos días tan tontos a las charos…
He esperado un par de días para hacerle su homenaje, más que nada porque la tristeza de su marcha final me ha anegado los ojos de lágrimas. Pero no han sido lágrimas de tristeza sino de risa. No he dejado de partirme la caja a mandíbula batiente al volver a escuchar sus intervenciones en El Jardín de los Bonsáis o al releer sus aceradas columnas de ABC, La Razón o El Debate.
Se ha marchado la risa, que es lo más grande que hay. Ni quimioterapia ni antibióticos, señora: la risa, que lo cura todo. Ussía y su inseparable Mingote lo sabían. Compartieron una etapa dorada e irrepetible junto con su amigo Jaime Campmany en esa legendaria doble de ABC. Aquello era la apoteosis y un éxito garantizado que arrasaba en los quioscos. Estaba toda la parroquia atenta a ver a quién atizaban, a ver con qué versos y viñetas asaetaban al pobre politicastro de turno. Y lo cierto es que los desplumaban como a pichones. Aquello era una cacería de ridículos sin piedad ni compasión. Los mataban a carcajadas. Ay de ti, desgraciado, si ponían su ojo en tu diana. Y después, para celebrar la cruel matanza, una partidita de mus. Porque, además de hacer reír y disfrutar a los demás, habían reído y disfrutado ellos los primeros, porque han sido unos egoístas. Han reído más y mejor que nosotros. Han reído los primeros, porque sabían que quien ríe primero, ríe dos veces. Y, si por ellos fuese, tres.
Recordaba el otro día Jorge Bustos que aquella fue, efectivamente, la mejor doble página de la historia de la prensa española. La doble que nos hizo a muchos aprender a leer y a querer intentar acercarnos algún día, profesionalmente, a esa banda de guasones. Los demás siempre seremos actores de reparto, segundones, porque, con el adiós de Alfonso Ussía, se ha ido el último de los Protagonistas.




