Pidieron hasta la cárcel para un chaval del colegio mayor Elías Ahúja por unos cánticos, consiguieron que se condenara a Luis Rubiales por el pico a Jenni Hermoso, pero movieron cielo y tierra para ocultar las denuncias por acoso sexual contra Paco Salazar. Este colaborador cercano a Pedro Sánchez, otro figura del clan del Peugeot, se paseaba con la bragueta bajada por Moncloa, escenificaba felaciones con «todo lujo de detalles», hacía comentarios lascivos a sus subalternas, subrayando «qué buen culo» les hacía el pantalón, y les enviaba mensajes de madrugada invitándolas a su casa.
Esto, sin embargo, no ha sido lo suficientemente grave para el PSOE. El partido que se presenta como el «más feminista» de España, que impulsa campañas como «Calladita no estás más guapa», y que enarbola el «hermana yo sí te creo», se na negado a llevar a la Fiscalía, pese a la petición de las víctimas. Y es que, pese a todo, Salazar era socialista, feminista y amigo de Sánchez. Además jamás llamó «Charo» a ninguna compañera.
