Tras el atentado terrorista del pasado viernes en la sala de conciertos rusa Crocus City Hall, la justicia rusa ha tomado la decisión de mandar a los cuatro sospechosos a prisión preventiva por dos meses. Los cuatro han sido imputados con cargos de terrorismo por el ataque que dejó 137 muertos y los presuntos autores pueden afrontar una pena de cadena perpetua. Los acusados han comparecido ante el juez con claros signos de violencia. El ataque ha sido reivindicado por el Estado Islámico, pero aun así Rusia cree que Ucrania ha colaborado en lo sucedido.