THE OBJECTIVE

El arte de hacer un puro dominicano

Cuando la tecnología no logra dar con el acabado y el sabor de unas manos artesanas, persisten las fábricas tradicionales. Como la que tiene Félix Reyes en República Dominicana, quien desde los 12 años se dedica a lo que el llama su «pasión», que no es más que crear puros dominicanos. Un lujo que tarda unos siete años en ver el producto final desde la recolecta del tabaco, su secado y el prensado final para su venta. Siete años de creación que se esfuman en dos horas.

La República Dominicana exporta actualmente más de 350 millones de puros anuales, de los cuales un 20% son de elaboración artesanal, siendo el principal productor mundial de puros de calidad. Por ello se ha ganado el apelativo de ‘país de los puros’.

El producto hecho a mano es caro, como artículo de lujo, pero muy apreciado por los fumadores. La gama de precios es amplia, desde los 219 euros que cuesta una caja de 20 cigarros de Cohiba Dominicano Especial, hasta los 1.700 que se pagan en algunas tiendas por una caja de 25 puros de una joya como el Opus X. Y todo hecho a mano, desde la selección y preparación de las hojas, pasando por el enrollado y prensado del cigarro, hasta su colocación en la cámara de envejecimiento por un período que va desde los seis meses a los dos años antes de ser vendido. Con eso se consigue un tabaco de calidad, en el que el consumidor busca, entre otras cosas, que tire bien, que no se apague fácilmente y que tenga un buen sabor y un buen aroma.

Félix Reyes, desde el stand de República Dominicana en Fitur, este año país protagonista en la feria, nos muestra, en sólo un minuto, la última fase de creación de un verdadero puro dominicano: el armado.

 

Publicidad
Publicidad
Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D