Ahmed tiene 12 años. Viajó solo desde Tánger buscando un futuro en España para ayudar a su madre, pero desde que llegó a Ceuta pasa las noches en la calle, luchando contra el frío, las agresiones de otros jóvenes e incluso de la Policía. En España hay 6.414 niños y niñas migrantes que han llegado solos huyendo del hambre la violencia y la pobreza. Estos niños y niñas viven, en su mayoría, en centros residenciales, y en algunos casos extremos en la calle, como Ahmed. Save the Children ha puesto en marcha una campaña para denunciar la situación de los migrantes menores de edad que frecuentan el puerto de Ceuta para embarcar ilegalmente en camiones o barcos y lograr que «tengan las oportunidades que merecen».
En el mundo hay 30 millones de niños y niñas que viven lejos de sus hogares por haberse visto obligados a desplazarse a otro país. «Migrar, abandonar tu hogar, huir a otro sitio siempre es una situación traumática para los niños y niñas. Si a esta experiencia se le suma el tener que hacer el camino solos, la situación empeora exponencialmente», señala Save the Children.
La ONG denuncia que en España existe una legislación que permite que los menores migrantes sean rechazados cuando llegan a los puestos fronterizos, sin conocer su situación particular y su vulnerabilidad. «Normas que permiten declarar adultos a los niños y niñas que logran entrar al territorio desafiando todas las adversidades, sin ni siquiera hablar con ellos y ellas. Que les niegan la posibilidad de opinar y dudan de su documentación precisamente solo en los casos que avalan su necesidad de protección».
Para corregir este terrible problema, Save the Children propone una solución concreta: el acogimiento en familia. «El objetivo es que los niños y las niñas puedan aprovechar un entorno amigable, estable y de confianza». No obstante, para que esto se pueda llevar a cabo, es necesario un apoyo claro de la administración, y por ello, la ONG ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas.