Hoy toca Montero. Uy, perdón, digo Montoro. Qué tonto estoy.
Montoro era de PPodemos, el hombre. Un lobo podemita disfrazado de cordero con levita. Un chupasangres, un vampiro fiscal. A él le debemos la gracia que los inspectores de Hacienda cobren bonus por sancionar (y no tengan que asumir responsabilidad ni devolver esos bonus cuando la justicia les quita la razón y falla “culpable” sus sentencias).
Fue un alivio verle marchar del Ministerio y una mayor alegría verle entrar en el juzgado.
Querido Cristóbal, quizás descubras que del banquillo al presidio… solamente hay un pasillo. Feliz travesía y que tu viaje sea sólo de ida.