La ‘trampa’ del pacto de Estado contra los incendios
Un pacto de Estado contra los incendios suena bien, ¿verdad? Pero en política, tal y como nos enseñó George Orwell, las palabras bonitas no tienen por qué conducir a realidades positivas. Ni mucho menos. Si bastara con una buena nomenclatura, el pacto de Estado contra la violencia de género habría atenuado las violaciones o asesinatos de mujeres, o el pacto de Estado por las pensiones las habría hecho sostenibles. Pero no es así.
Muy al contrario, para lo que sirven estas nomenclaturas es para demonizar a quienes, con argumentos razonables, se oponen a medidas muchas veces poco razonables. En este caso, no hace falta siquiera ver en qué se materializa, pues la premisa ya es errónea. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha señalado al cambio climático como causa de los incendios cuando, a estas alturas, hay 32 detenidos y 93 investigados por la Policía Nacional y la Guardia Civil. Si no se acierta en identificar la causa, es imposible atajar las consecuencias.
Para más inri, en el momento en el que se apela al sentido de Estado para ponerse de acuerdo en un momento delicado, tenemos a un ministro —el de Transportes— tuiteando exabruptos y a otros haciendo de líderes de la oposición en sus respectivas autonomías.
Lo que se pretende, de nuevo, es abonar el relato ideológico aprovechando la tragedia —hablamos de 344.000 hectáreas calcinadas—, anunciando un pacto de Estado que, sin embargo, solo apoyarán sus socios parlamentarios a cambio, probablemente, de todo tipo de prebendas que no tengan nada que ver con la prevención de los incendios y que terminen pagando los españoles. Y cuando la oposición haga su crítica legítima, se le acusará de falta de «sentido de Estado» y demás gaitas fatuas. Lo de siempre…