The Objective

VÍDEO | Las contradicciones de Pablo Iglesias

Pablo Iglesias e Irene Montero han decidido enviar a sus hijos a un colegio privado. Con pistas de deporte, gimnasio, asignaturas en inglés, esquí, pickleball como asignatura extraescolar. Unos 24 alumnos por aula y unos 500 euros al mes por niño.

¿Y qué hay de malo en todo ello?
Nada.
Es un derecho de los padres, recogido en el artículo 27 de la Constitución: educar a sus hijos como consideren oportuno.

Pero…
(Siempre hay un pero)
Iglesias es esclavo de sus palabras.

En las elecciones generales de 2019, tras ir a votar, dijo esto:

“Bueno, hoy es un día bonito y especial. Votar en el colegio público en el que queremos que estudien nuestros hijos. Hoy es un día en el que muchos españoles van a visitar colegios públicos y creo que es un día hermoso para recordar lo importante que es la educación pública.”

Su crítica a la educación privada ha sido constante. En su día aseguró que era un atraco de los ricos a los pobres, un mecanismo de segregación social y que no está pensada para que vaya todo el mundo, está pensada para una minoría que se lo puede permitir.

“Porque mamá y papá que quieren llevar al niño a un colegio privado ‘superespecial’, no quieren que haya niños gitanos, ni quieren que haya niños que son hijos de inmigrantes marroquíes, ni inmigrantes ecuatorianos, ni de gente de clase obrera en general. Por eso llevan a los niños al privado, porque no quieren que se mezclen con los niños de la clase obrera.”

Pero no sólo Iglesias. Irene Montero, su pareja, es partidaria de la educación pública y crítica con la privada. Como en este artículo en abril de 2024, en el que dijo que los colegios privados no son feministas porque hay una pérdida de lo público, y ello implica asunción de responsabilidades y carga de las mujeres.

Además, en el programa electoral de Podemos en 2019, en el que ambos concurrieron como candidatos, se establecía una intención de revertir los procesos de privatización de la educación.

El exmilitante de Podemos, Ramón Espinar, mostraba en X su tristeza:

“Otra más”, decía.
Vaya faena para los militantes de Podemos que llevan a sus hijos a la pública. Qué bochorno.

No es la primera vez que la pareja Iglesias-Montero genera polémica en sus bases.

En 2018 decidieron comprarse un chalé en Galapagar de 600.000 euros. Desató una crisis política en la formación morada, sobre todo tras lo que había dicho Iglesias en el pasado. La pareja sometió la compra del chalé a consulta de sus bases. Aunque superaron la prueba, la ruptura entre los afiliados a Podemos fue tal que nunca llegaron a recuperarse.

La polémica está servida.
No se trata de si Iglesias o Montero pueden o no llevar a sus hijos a un colegio privado. Por supuesto que pueden, y claro que es su derecho.

Al final, en política, como en la vida, no siempre pesa lo que haces, sino lo que dijiste que jamás harías.