El nuevo Triángulo de las Bermudas
En estos tiempos que corren, en los que el personal a duras penas es capaz de digerir un párrafo y en los que los chicos de marketing de todas las grandes empresas le piden a uno vídeos cortitos —“cuanto más corto, mejor: ¡de menos de un minuto!”— (parece el mantra general por imperativo legal), se impone, sin embargo, un palabro raruno para estos tiempos, como decía: iletrados. Hablamos de “el relato”. Aquí todo el mundo habla del relato a carrillos llenos: el ejecutivo, el político y el ama de casa (cuando consulta con su abogado para tramitar el divorcio).
Relato va y relato viene. Bien, pues al relato vamos. ¿Qué coños tiene que suceder en este extraño y despendolado país para que nuestros congéneres de la izquierda se acaben de coscar de que estamos desgobernados por una banda de bandoleros (bandoleros, sí, de banda)? ¿Se caerán alguna vez del proverbial guindo o es preferible seguir así en la inopia, sorbiendo la sopa boba? Que esto no es un Gobierno; que son una panda de salta-tapias y atraca-saunas. Que el crimen organizado llegó a La Moncloa en el momento en que los cuatro pollos de la chupa de cuero (atrás quedaron los pantalones de pana, Felipe) se robaron las primarias de Ferraz. A Rubalcaba le debe de costar darse la vuelta en su angosto nicho de la vergüenza que siente el pobre, porque mira que lo advirtió, aunque ya era tarde. El mamón que orquestó todo este asunto se llama Zapatero. Y ese paniaguado, con cara de pánfilo y sonrisa beatífica —la del que se rufa silenciosamente—, es el asesor áulico de Sánchez; así que Pedro, Pedrito, Pedro, no debes de ser tan inteligente como se te presupone. Vamos, que plagiaste la tesis como un campeón. Lo que pasa es que los bobos tienen a veces suerte. Y si son trabajadores —y estos lo son—, cantidad. Cantidad de suerte y cantidad de trabajadores, los tontos. No sé si me explico, pero ustedes me entienden.
A Torres le han pillado con toda la tostada: con las mascarillas en la mano y el bolo colgando. Lo dice hasta Televisión Española. No, señoras: no es otro bulo del Ojete; lo dice la BBC española. Pero aún así, son cosas de la fachosfera, de la extrema derecha, de los come-niños.
—Anda, Charo: coge el tupper y vámonos a la manifa, que Pedro necesita nuestro apoyo. Y lo dicho, churri: no pasarán.





