The Objective

La viñeta animada sobre... Guardiola

A porta Guardiola

Hay políticos que acarician bebés. Otros tienen la sonrisa como quien se hace la permanente… pues eso, la sonrisa permanente: invariable, estanca, congelada o pegada al rostro como una máscara dionisíaca. Guardiola padece ambos tics. Es una política profesional en el peor sentido de la palabra. Suelta insustancialidades y está llena de palabras huecas que le salen, irreflexivas y bulliciosas, por ese pedazo de boca que tiene, y que tienden a hacer un eco incómodo, como el de un cuesco a destiempo en una catedral.

Ya metió la pata la niña en su día trazando uno de esos cordones sanitarios que tanto gustan al PSOE, queriendo ser más progre que los progres, a ver si rascaba unos votillos allá por el ala izquierda, cuyo alirón huele a lo de la catedral. Y es que esta manía de la derecha, —esta neo-derechita del pantalón pesquero, la americana tan prieta que no hay quien la abroche y esos cuello de camisa sajados en horizontal que sonrojan a cualquier sastre con oficio, —es para hacerselo mirar muy seriamente. El único que ha logrado meter en vereda a nuestro conservadurismo desde la Transición ha sido Aznar, siguiendo la estela de Fraga, porque don Manuel, ya se sabe, el hombre estaba sobrecapacitado para el cargo. Entendió que a la derecha se la aglutina por la derecha y de ahí hacia el centro, pero que uno no puede permitirse dejarse en la cuneta a una parte tan numerosa (sí, y a veces numeraria) de sus votantes. Y en eso estamos desde que Mariano se empeñó en echar a los liberales en Valencia. Andan todos haciendo cábalas de cómo conformar una derecha que no sea de derechas o, coño, que no se note, no vaya a ser que les regañe la izquierda, que les cae muy bien.

Y hete aquí que la Niña Guardiola, que es como un corredor que sale siempre antes del disparo y siempre habla antes de poder callar, va y convoca, ella solita, a porta gayola o, si se prefiere, a porta guardiola, que queda genial, elecciones generales, que es lo que son estas autonómicas. Por sus huevos, que son ovarios. Saltándose todo consejo y recomendación. Es muy brava ella. Y sonríe mucho.

Y ahora viene el recuento. Que si me han robado unos votos, que si Sánchez es malo, que si tal y que si cual… ay, ay y un poco más de ay. Si no le sale la carambola, va a tener que comulgarse una rueda de molino del tamaño de los de Acciona cada mañana, que don Santiago es de misa diaria, porque no le quedará otra que bajarse los pantys presidenciales, hacer de tripas corazón y sentarse a componer las peras que partió con Abascal, que se ha plantado en Extremadura más heavy que Extremoduro: a por todas.