Un contrato, seguridad, un sueldo estable y tranquilidad. Eso es lo que parece ofrecer la Ley Riders y, de hecho, eso es lo que algunos riders piensan obtener si son contratados. «Creo que es mejor tener algo fijo», opina Hendri, quien reparte para Glovo en Madrid y actualmente es autónomo. Sin embargo, la gran mayoría se muestran recelosos, pues todavía no está muy claro si podría tratarse del lobo vestido de abuelita.