El 40,3% de los españoles no está dispuesto a recibir la vacuna de COVID-19[contexto id=»460724″] en cuanto salga al mercado, según el Barómetro Especial de Septiembre 2020 publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) este jueves. Un 44,4% de los encuestados afirma estar abierto a vacunarse en el momento en que el fármaco esté disponible, y el 2,1% solo se la pondría si tiene garantías de que esté probada y sea fiable.
Los datos: los hombres son los que están más a favor de la vacunación inmediata (52,7%) frente a las mujeres (36,4%). Por edades, la predisposición es mayor en las personas más jóvenes, de más de 18 años (49,5%) y en los mayores de 65 (47,5%).
Además, en lo relativo a la experiencia individual del virus, el 87,8% de las personas encuestadas no ha tenido que contactar con los servicios sanitarios por pensar que tenía síntomas relacionados con el coronavirus, frente a un 12,2% que sí. De los que tuvieron que hacerlo, el 55,2% recurrió a su médico de atención primaria y un 61,7% pudo hacerse la prueba del coronavirus.
Por otro lado, en un momento en el que los confinamientos selectivos empiezan a extenderse por el país y Madrid baraja restringir la movilidad de ciertos distritos y municipios, casi el 60% de la población española apuesta por medidas aún más estrictas contra el coronavirus. El 58,3% de los españoles cree que habría que tomar medidas de control y aislamiento aún más exigentes para controlar la pandemia, frente a un 25,8% que afirma que se puede continuar como hasta ahora, y un 7,6% que duda o desconoce qué decisiones deberían tomarse.
Por edades, las personas más jóvenes son las que muestran un mayor apoyo a este endurecimiento, como los menores de 18 años (67,2%), los de 25 a 34 años (61,4%) y los de 34 a 44 años (61%).
Otro de los aspectos en los que parece haber unanimidad, según la encuesta del CIS, es la necesidad de reformar la sanidad española después de lo vivido estos meses: un 84% de los españoles considera conveniente dedicar más recursos económicos, aumentar las plantillas y coordinar las comunidades autónomas con sus instalaciones y recursos para así prevenir y abordar las posibles situaciones de colapso en un futuro. Tan solo un 10% de los encuestados no cree que sea necesario reformar el sistema sanitario.