Castilla y León alcanza un récord histórico en la población del águila imperial ibérica
El censo ha pasado de 16 parejas entre los años noventa a superar el centenar a partir del año 2019
El águila imperial ibérica, considerada uno de los tesoros naturales más valiosos de la península ibérica, trasciende su papel como especie emblemática al convertirse en un indicador clave de la biodiversidad. Al ocupar el nivel más alto de la cadena alimenticia en su ecosistema, esta majestuosa ave refleja la salud general del medio ambiente donde habita.
El territorio castellano y leonés celebra con orgullo la conservación de esta majestuosa ave, símbolo de un entorno equilibrado y rico en recursos. Su presencia refleja la existencia de condiciones óptimas para la vida silvestre, mientras que su ausencia o disminución podría alertar sobre problemas graves, como la degradación del hábitat, la pérdida de biodiversidad o desequilibrios ecológicos.
Evolución
El águila imperial ibérica, según hemos podido conocer en THE OBJECTIVE, ha experimentado una notable recuperación en Castilla y León, pasando de una población mínima histórica de tan solo 16 parejas registradas entre 1997 y 1999 a superar el centenar desde 2019.
Este progreso ha sido posible gracias al exhaustivo seguimiento realizado anualmente por agentes medioambientales y celadores de medio ambiente, quienes monitorean toda la población de la Comunidad. Este trabajo detallado permite evaluar con precisión la evolución de esta emblemática rapaz, la única endémica de la península ibérica. En 2023, la especie alcanzó un nuevo máximo histórico en la región, con la identificación de 160 territorios ocupados.
La protección del águila imperial ibérica no solo contribuye a la supervivencia de esta especie en peligro, sino que también impulsa la conservación de vastos territorios naturales que albergan una gran variedad de flora y fauna.
Los esfuerzos por protegerla incluyen la preservación de su hábitat, el control de amenazas como los tendidos eléctricos o el uso de venenos, y la recuperación de sus poblaciones de presas naturales, como el conejo silvestre. Estos proyectos no solo benefician al águila, sino que también favorecen a otras especies y ecosistemas que comparten su entorno.
Además, el águila imperial ibérica actúa como un recordatorio de la responsabilidad que tienen las sociedades humanas de proteger la naturaleza. Su historia, que incluye una recuperación significativa tras estar al borde de la extinción, demuestra que las acciones de conservación pueden marcar la diferencia. Este ave representa un compromiso con la sostenibilidad y una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de preservar el patrimonio natural para las futuras generaciones.
Datos destacados
El Servicio de Espacios Naturales, Flora y Fauna de Castilla y León, junto con técnicos de la Fundación Patrimonio Natural, organizó el censo autonómico del águila imperial ibérica. Los resultados muestran un crecimiento significativo: de 16 parejas entre 1997 y 1999, la población aumentó a 29 territorios en 2005, 45 en 2010, 68 en 2015 y más de 100 desde 2019. En 2023, se registraron 160 territorios, distribuidos en Segovia (51), Ávila (42), Valladolid (35), Burgos (11), Zamora (10), Salamanca (8) y Palencia (3). Este crecimiento también amplió su área de distribución, de 16 cuadrículas UTM 10×10 km en 1998 a 114 en 2023.
El incremento poblacional refleja la efectividad de medidas como la alimentación suplementaria, la mitigación de electrocuciones en tendidos eléctricos y la gestión forestal sostenible en montes públicos y privados. También influyó la recuperación del conejo silvestre, su principal presa, en áreas de la cuenca del Duero. Desde 2003, el primer plan de recuperación definió 24 áreas críticas en 11 Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de Ávila y Segovia. Sin embargo, en 2023, solo el 12,5% de los territorios coincidieron con estas áreas, lo que evidencia la necesidad de actualizar su delimitación.
Otros espacios han demostrado ser efectivos para su protección: el 60% de los territorios registrados en 2023 se ubicaron en ZEPA, Zonas de Especial Conservación (ZEC) o montes con planificación forestal. De ellos, el 29% están en montes gestionados por la Junta de Castilla y León.
En cuanto a la nidificación, el 69% de los nidos se localizaron en especies del género Pinus y el 19,5% en Populus. Esto subraya la importancia de aplicar criterios de gestión forestal sostenible tanto en terrenos públicos como privados para asegurar la preservación de la especie.