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El Gobierno cierra un acuerdo presupuestario con el PNV tras el «ataque de celos» con Bildu

Fuentes gubernamentales avanzan a THE OBJECTIVE que el pacto con el PNV «está cerrado» y que apoyarán las cuentas públicas este jueves en el Congreso y la semana que viene en el Senado.

El Gobierno cierra un acuerdo presupuestario con el PNV tras el «ataque de celos» con Bildu

Flickr PSOE

Desde que la tarde de un jueves del junio de 2018, en el transcurso del debate de la moción de censura al Gobierno de Mariano Rajoy, el PNV decidiera apoyar a Pedro Sánchez contra todo pronóstico, los nacionalistas vascos se convirtieron en el socio preferente del Ejecutivo. Paradójicamente, la formación presidida por Antoni Ortuzar lo hizo apenas una semana después de validar los Presupuestos Generales de 2019, la ley más importante del año, que sirve de termómetro de la estabilidad de la legislatura y que, desde entonces, ha servido para proyectar año a año al PNV como el socio preferente de Pedro Sánchez. 

Tres presupuestos después, el PNV se ha visto inmerso este 2021 en «una negociación anómala» en la que se ha quedado de último en la cola para confirmar su apoyo a las cuentas públicas de Sánchez, adelantado estratégica y calculadamente por Bildu, la formación que avanza peligrosamente en intención de voto y aspira a sustituirlo como fuerza hegemónica en el País Vasco.

Según fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE, el PNV volverá a apoyar los PGE de Pedro Sánchez para 2022 gracias a un pacto que «ya está cerrado» y que se escenificará con el voto a favor de los peneuvistas este jueves en el Congreso y la semana que viene en el Senado. Algo que permitirá alcanzar la misma cifra de apoyos que el pasado año, 188 de PSOE, Podemos, ERC, PNV, PDeCAT, Más País, Compromís, Teruel Existe, PRC, Nueva Canarias y BNG) y que evitará el veto del Senado que obligaría a que el proyecto de Ley tenga que ser validado nuevamente por la cámara alta. 

Sin embargo, los nacionalistas vascos no han querido confirmar su apoyo todavía y han optado por «estirar la negociación» por lo que el Gobierno tacha de «ataque de celos» con Bildu. Según fuentes del Ejecutivo, el motivo del retraso en la confirmación de su apoyo nada tiene que ver con la negociación de las exigencias pendientes, que se incluirán en sus respectivas enmiendas. Su dilación responde por contra a su voluntad de «marcar los tiempos» después de que Pedro Sánchez haya priorizado a Bildu y ERC en la negociación. 

PNV: «Por algo será»

«Si no lo hemos cerrado antes por algo será», explican fuentes de la formación nacionalista vasca, que se queja de que, a diferencia de otros años, no ha habido «una negociación global». Y se preguntan: «¿Crees que, si hubiera podido, no habría vendido el primero un acuerdo?». A falta del primer puesto, su manera de reivindicar su papel ha sido encarecer su voto en señal de protesta y amagar con sumarse al veto del Senado que el pasado año se evitó por primera vez en años de bloqueo parlamentario. 

«El trámite es largo todavía, esto sigue abierto y la tramitación tiene dos cámaras, Congreso y Senado», advirtió este miércoles el portavoz del PNV, Aitor Esteban. Moncloa niega esa posibilidad: «Votarán hoy a favor en el Congreso y la semana que viene en el Senado», aunque entienden su papel ante la pujanza electoral de su competidor Bildu. En el Ejecutivo insisten en que las «prisas» de la formación de Arnaldo Otegi por cerrar un pacto presupuestario tampoco responden al objeto de la negociación sino a una decisión estratégica de adelantarse al PNV, de la misma forma en que anunciaron prematuramente que no habría enmienda a la totalidad después del vídeo en el que Otegi asumió el intercambio de «presos por presupuestos». 

Las «lentejas» de Bildu

«Nos harían un favor si hubieran presentado enmienda a la totalidad», explican en Moncloa tras negar tajantemente un cambio de socios vascos, donde el PNV gobierna gracias a un acuerdo con el PSE gracias al pacto entre Íñigo Urkullu e Idoia Mendía. Sin embargo, la reciente elección del nuevo líder del PSE, Eneko Andueza, despierta recelos por la necesidad que no solo tiene el PNV sino también el PSE de frenar la pujanza de Bildu de cara a las municipales de 2023, ya que los proetarras triplican en votos a los socialistas. 

Los nervios están a flor de piel y así se entiende el rejón superlativo que lanzó este miércoles el comedido Aitor Esteban contra Bildu: «Lo que sí me sorprende es que después de décadas de estar diciéndonos la izquierda abertzale, Bildu y todas las denominaciones que ha tenido, que éramos unos traidores, que estábamos vendiéndonos por un plato de lentejas, que lo hacía el PNV no valía pa , ahora se pongan a hacer lo mismo. Les ha costado décadas y mucho sufrimiento que no tiene vuelta atrás… para llegar a la conclusión de que el PNV tenía la razón en lo que hay que hacer».

El portavoz peneuvista respiraba por la herida de su aparente nueva condición, de socio preferente a complementario, aunque las cosas no son realmente como parezcan. Pese a no necesitar del apoyo de sus seis parlamentarios, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, siguió negociando insistentemente con Esteban durante toda la jornada, hasta el punto de interrumpir la rueda de prensa llamándole en mitad del turno de preguntas. Sus seis votos se sumarán a los 183 votos ya confirmados porque el PNV  sigue formando con el PSOE un matrimonio sólido aunque en esta ocasión Pedro Sánchez haya querido bailar antes con la más fea. 

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