Maria Eugènia Gay relevará a Cunillera como delegada del Gobierno en Cataluña
La abogada es la actual decana del Colegio de Abogados de Barcelona, además de la vicepresidenta del Consejo General de la Abogacía Española
Maria Eugènia Gay. | Alberto Paredes (EP)
Maria Eugènia Gay, actual decana del Colegio de Abogados de Barcelona (ICAB), relevará a la socialista Teresa Cunillera como delegada del Gobierno en Cataluña.
Así lo han confirmado fuentes de la Moncloa a Efe después de que Cunillera haya comunicado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su renuncia alegando que la situación en la comunidad ha mejorado «considerablemente» desde que asumió el cargo en 2018.
Horas después de que Cunillera haya hecho pública su dimisión, La Vanguardia ha avanzado que la escogida para el relevo es la letrada Maria Eugènia Gay.
Su nombramiento se aprobará en el Consejo de Ministros del próximo martes
Además de decana del ICAB, Gay es vicepresidenta del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales del Consejo General de la Abogacía Española y presidenta de la Comisión de Mediación de la Federation des Barreaux d’Eureope.
Nacida en Barcelona en 1975, esta jurista catalana es hija del abogado que fue vicepresidente del Tribunal Constitucional Eugeni Gay y Montalvo.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Barcelona-CEU Abat Oliba, y en posesión de un Máster en Mediación del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona, es especialista en Derecho Procesal y Civil, y posee una dilatada experiencia como abogada, siendo conocida por su actitud dialogante, abogando siempre por fomentar la mediación y conciliación entre las partes.
Cuestionada por algunas de sus declaraciones en relación al «procés», Gay avaló -en una entrevista concedida a Efe- la aplicación del artículo 155 de la Constitución, por parte del Gobierno de Mariano Rajoy, afirmando que «el 155 era inevitable ante una deriva incontrolable».
Sin embargo, se manifestó crítica con que se dictara prisión preventiva para los líderes del «procés», dado que se trata de una medida «excepcional» que sólo debe adoptarse cuando no haya ninguna otra que evite que el investigado pueda destruir pruebas, continúe delinquiendo o intente fugarse, riesgos que deben ser acreditados «y no basarse en meras apreciaciones».
Meses después, y respecto al mismo tema, aseguró en Madrid que «necesitamos que los políticos recuperen la capacidad de dialogar» y defendió que los catalanes «deben recuperar cuanto antes el amor por España».
