Descubierta en Cádiz una "casa de los horrores" donde se expoliaba a ancianos
Detenida una pareja de supuestos cuidadores que se apropiaba de los bienes de ancianos a los que drogaba y alimentaba mediante sondas
La Guardia Civil de Cádiz ha detenido a una pareja de supuestos cuidadores que mantenía a ancianos encerrados en una «casa de los horrores», drogados y alimentados mediante sondas, mientras ellos se apropiaban de sus bienes, tras lo que algunos de ellos fallecieron repentina y sospechosamente, informa Efe. En la denominada «Operación TEYDEA«, además de la pareja, han sido detenidas otras cuatro personas e investigadas otras nueve, dentro de un entramado que se habría apropiado en poco tiempo de más de 1.800.000 euros de cinco de sus víctimas, según ha informado hoy la Guardia Civil.
La operación ha permitido rescatar con vida a una anciana holandesa y un anciano alemán que los detenidos, una pareja de nacionalidad alemano-cubana, mantenían encerrados, drogados y alimentados mediante sondas nasogástricas, en lo que la Guardia Civil ha calificado como una «casa de los horrores».
La Guardia Civil no ha llegado «por desgracia» a tiempo de rescatar con vida a otra de sus víctimas, Maria Babes, una anciana alemana de 101 años cuya búsqueda ha permitido descubrir las actividades criminales de esta pareja. De hecho, las investigaciones se iniciaron cuando la Guardia Civil de Cádiz recibió una solicitud de colaboración internacional, procedente de la policía alemana de Frankfurt, que pedía la localización de Babes.
No se tenían noticias de ella desde que se había trasladado desde Tenerife, donde residía sola, a la provincia de Cádiz. Las investigadores localizaron a Babes en una residencia de mayores de la localidad de Chiclana de la Frontera, en Cádiz. Allí había ingresado después de pasar por varios hospitales, debido a una situación grave de salud.
Los informes médicos alarmaron a los investigadores porque presumían una posible negligencia en los cuidados de la mujer por parte de sus cuidadores. Después se estudió la situación económica de la anciana, lo que hizo saltar ya todas las alarmas. El saldo de la mujer había pasado de más de 162.000 euros en octubre del año pasado, a 300 a mediados de diciembre y había vendido su casa en Tenerife sin recibir ni un euro.
Todo esto había pasado desde que había conocido en Tenerife a una pareja de cuidadores que, «haciendo gala de un destacado poder de seducción«, se ganó la confianza de la mujer, que contaba con propiedades inmobiliarias y «una suculenta» pensión. Los cuidadores la convencieron para trasladarla a Cádiz, para controlarla mejor.
Cuando los agentes la localizaron en la residencia de ancianos de Chiclana, Babes pudo contarles que la mantuvieron encerrada y maniatada varios meses en un chalé alquilado.
Los guardias civiles descubrieron que, mientras estaba ingresada en estado grave en un hospital, había participado en dos protocolos notariales, en el que primero otorgaba un poder absoluto a favor de sus cuidadores y en el otro los nombraba sus herederos.
Los cuidadores convencieron a la mujer para que abandonara con ellos el hospital y cinco horas después de su salida del centro, la mujer fallecía mientras iba en un turismo con sus ellos, sin testigos. Los investigadores han destacado la extrañeza de la muerte ya que la mujer esa misma mañana aparecía en un vídeo en perfecto estado de salud tocando la pandereta en un desayuno navideño del centro. La pareja logró una incineración urgente del cuerpo, por lo que no ha habido opción a practicar autopsia.
Durante la detención y registro del chalé de la pareja, los agentes descubrieron también que tenían alquilado otro chalé próximo, en el que hallaron a una anciana holandesa y un anciano alemán amarrados y en pésimas condiciones higiénico sanitarias. La Guardia Civil ha encontrado que la pareja tuvo otras cuatro víctimas, que habían fallecido de manera sorpresiva, una vez que estos se hacían con todo su capital.
El dinero lo blanqueaban a través de diversos canales, entre ellos con la construcción de un complejo turístico en la playa de El Palmar, en suelo no urbano, con documentación falsificada por el resto de los investigados y financiado mediante la creación de una empresa creada con personas interpuestas.