Identificados otros dos cuerpos recuperados del naufragio del Villa de Pitanxo
Se trata de Juan Antonio Cordero, el segundo patrón del barco, a punto de jubilarse, y Miguel Ángel Lumbres, un trabajador de origen peruano que había sustituido a un compañero que dio positivo en covid
Dos cuerpos más de los nueve rescatados tras el naufragio del Villa de Pitanxo en aguas canadienses han sido identificados este sábado. Se trata, según han informado familiares de los tripulantes, de Juan Antonio Cordero, el segundo patrón del barco, a punto de jubilarse, y Miguel Ángel Lumbres, un trabajador de origen peruano que había sustituido a un compañero que dio positivo en covid.
Forenses canadienses, junto con técnicos españoles y una empresa especializada contratada por la armadora supervisan en San Juan de Terranova (Canadá) este proceso de reconocimiento.
Juan Antonio Cordero, segundo patrón del arrastrero congelador gallego, ha sido uno de los primeros en ser notificados. Tenía 55 años y residía en Lepe (Huelva), su ciudad natal. Cordero estaba saboreando su pronta jubilación. Solo le quedaba un mes para retirarse y esta era su última marea en la pesquería del fletán.
Miguel Ángel Lumbres es el tercer fallecido que ha sido identificado, después de que el viernes se conociese que uno de los cuerpos recuperados era el del peruano Rogelio Franco, que será repatriado a su país de origen, sin pasar por España, por expreso deseo de su familia.
Miguel Ángel, natural también de Perú y residente en Cambados (Pontevedra), deja mujer y dos hijos. Se embarcó en el buque de Pesquería Nores para sustituir a un compañero que había dado positivo en coronavirus, como desveló a la prensa un primo suyo.
El propio Miguel acababa de superar esta enfermedad cuando recibió la llamada en la que se le ofrecía el puesto.
Antes del accidente, habló con su mujer y le contó el mal tiempo que hacía en la zona en la que estaban pescando.
El Villa de Pitanxo fue engullido por el mar en el Gran Banco de Terranova, a unos 460 kilómetros al este de San Juan. Contaba con una tripulación de 24 personas, de las que la mitad permanecen desaparecidas.
A última hora del miércoles las autoridades canadienses decidieron poner punto final a las tareas de búsqueda y rescate 36 horas después del siniestro por la falta de posibilidades de encontrar con vida a la mitad de la dotación, a esa docena.
Las víctimas y los gobiernos quieren que se reactive ese rastreo en cuanto la meteorología lo permita.