El SEPE dejará de adelantar las prestaciones por paro y ERTE a partir de mayo
La fecha de cobro de estas ayudas estatales volverá a su fecha original por obligación legal, el día 10 de cada mes
Desde la cartera de Trabajo entienden que el adelanto de una nómina mensual de 2.000 millones de euros estaba vinculado a la pandemia | Isabel Infantes
El Servicio Estatal Público de Empleo ha anunciado que dejará de abonar por adelantado las prestaciones de desempleo y ERTE a partir del mes de mayo. Esto supone que, tal y como ha informado el Ministerio de Trabajo, la fecha de cobro de estas ayudas estatales volverá a su fecha original por obligación legal, el día 10 de cada mes.
El organismo de empleo comenzó en mayo de 2020 a adelantar estos abonos siguiendo una dinámica similar a la de las pensiones, en un procedimiento que pasa por la intervención del Banco de España como intermediario entre la Administración y las entidades financieras. Los adelantos de las prestaciones terminarán dos años después, coincidiendo con el fin de los ERTE Covid el pasado 31 de marzo, puesto que, desde la cartera de Trabajo entienden que el adelanto de una nómina mensual de 2.000 millones de euros estaba vinculado a la pandemia.
SEPE: gastos en el pago de nóminas y prestaciones
El SEPE paga actualmente nóminas por prestaciones y subsidios a un total de 1.881.880 beneficiarios por conceptos de desempleo, renta activa de inserción o ayudas. Todo ello ha provocado que el mes de marzo el gasto medio en España ascendiera a 1.046 euros mensuales, incluyendo cotizaciones y trabajadores que cobran el paro por el derecho que han generado. Estos últimos constituyen un total de 1,2 millones de personas. De esta manera, los niveles de capital invertido por parte del Ministerio en el pago de estos servicios y prestaciones asciende hasta situarse por encima de los 2.000 millones de euros mensuales.
El presupuesto inicial de la partida de gastos del Gobierno destinado a cubrir estos servicios de pago de prestaciones y nóminas era de 24.000 millones.
Las consecuencias del adelanto
A día de hoy hay 79.000 personas en ERTE, según los datos de Ministerio de Seguridad Social. Sin embargo, solo en el mes de abril de 2020, las cifras de aquellos que se sometían al Expediente de Regulación Temporal de Empleo superaban los 3,3 millones. El adelanto de las prestaciones derivó en un colapso para los beneficiarios, pero también para las propias organizaciones, como el SEPE o la Tesorería de la Seguridad Social, donde los funcionarios se vieron abrumados por las nuevas solicitudes que acabaron por bloquear el sistema y retrasar meses el pago de las nóminas.
Fin de los ERTE y nueva reforma laboral
La medida promovida para evitar que se produjeran despidos en muchas empresas que vieron su actividad afectada por la crisis del coronavirus llegó a su fin el pasado jueves 31 de marzo, con la entrada de la nueva reforma laboral, dejando un nuevo escenario para autónomos y empresas que siguen necesitando realizar ajustes en sus plantillas de trabajadores.
Ante esta situación, se plantean dos alternativas. La nueva reforma laboral aprobada a finales del pasado año 2021 recoge que toda aquellas empresas que quieran llevar a cabo una suspensión de contrato o una reducción de jornada de sus empleados podrán hacerlo de dos maneras, bien por acogerse al tipo de ERTE ETOP, bien por adaptarse a un ERTE por fuerza mayor temporal. En el primero de los casos, se trata de un expediente de suspensión o reducción de jornada por causas objetivas de carácter económico, técnico, organizativo o productivo (ETOP). Esta medida no precisa de aprobación de una autoridad laboral, a pesar de que sí que haya que comunicarlo y mantiene el propósito de convertirse en una alternativa para los despidos. Mientras, la otra opción es optar por un ERTE por fuerza mayor temporal, que sí que necesita la aprobación de una autoridad laboral que compruebe si existe una causa justificada.
La reforma laboral recoge también la existencia de un ERTE especial, el Mecanismo RED, un instrumento de flexibilidad y estabilización de empleo que permitirá acogerse a las empresas a ERTE en situaciones especiales, como mecanismo extraordinario y de urgencia para paliar los efectos de una crisis .
