Golpes de calor en niños: señales de alerta y cómo actuar
Beber agua con frecuencia y usar ropa holgada y fresca son algunas de las formas de prevenir este trastorno
Las temperaturas cada vez suben más y esto las convierte en peligrosas para las personas. Hasta la fecha, los golpes de calor han provocado 414 muertes en España. Cuando hace demasiado calor, el cuerpo trata de regular su temperatura a través del sudor. De esta forma intenta evitar que se llegue a una temperatura parecida a la que se llegaría en caso de tener fiebre, pero sin estar enfermos.
Estar en un lugar mal ventilado (como puede ser un coche, por ejemplo), haber hecho ejercicio en las horas de más temperatura (entre las 12 horas de la mañana y las 18-19 horas de la tarde, aproximadamente) o no beber suficiente agua son algunos de los motivos que pueden llevar a sufrir un golpe de calor.
Esta situación comienza cuando la temperatura corporal empieza a elevarse, generando un sobrecalentamiento corporal. No controlarlo y llegar a los 42 grados es potencialmente mortal para cualquier ser humano. Y si esta situación es delicada para los adultos, lo es aún más para los niños, de quienes hay que estar muy pendientes con estas temperaturas en caso de que presenten algún tipo de síntoma compatible con un golpe de calor.
Síntomas que pueden indicar un golpe de calor
Es común que los niños no sean capaces de expresar correctamente qué les ocurre. Es por ello que conviene prestarles mucha atención, sobre todo ahora con las altas temperaturas, para poder detectar algunos de los síntomas que pueden indicar que están sufriendo un golpe de calor.
El primer síntoma y más común es el dolor de cabeza, que suele aparecer de forma repentina después de haber estado expuesto al calor y al sol durante un tiempo prolongado. Otros indicios de un golpe de calor son los vómitos e incluso, en los casos más graves, llegar a perder el conocimiento.
Además, según indica la Asociación Española de Pediatría (AEPED), también puede ocurrir que los niños estén más irritables, e incluso pueden llegar a sentir que el corazón les late muy rápido (taquicardia). También hay que estar pendientes a la temperatura del niño (si está por encima de los parámetros normales, en torno a 37ºC, también es signo de un golpe de calor).
Otros síntomas a los que hay que prestar atención es la respiración agitada y de forma superficial, piel seca y muy caliente, fatiga, debilidad o calambres musculares. Aunque lo mejor es actuar para prevenir que se produzca el golpe de calor, en caso de que hayan empezado algunos de estos síntomas hay que actuar con rapidez.
Qué hacer si un niño sufre un golpe de calor
Cuando empiezan a surgir los primeros síntomas del golpe de calor, como el dolor de cabeza o mareos, hay que llevar al niño a un lugar con sombra y tumbarlo. Después, hay que darle agua y quitarle la ropa que no sea necesaria. También puede ayudar mojar alguna toalla o camiseta en agua fría y ponérsela en la frente o en la nuca. Esto puede hacer que la temperatura corporal empiece a descender.
Si la situación llega al punto de que le niño se desmaya, no reacciona o empieza a vomitar sin parar, hay que llamar a emergencias inmediatamente. A través del 112, los sanitarios informarán a quienes estén con el niño de lo que deben hacer, dependiendo del estado en el que se encuentre, y acudirán lo antes posible para poder darle la ayuda que necesite.
No obstante, y aunque puede ser que el golpe de calor no vaya a más, la mejor manera de evitar una tragedia es la prevención. Algunas de las mejores formas de evitar un golpe de calor son usar ropa holgada y fresca, no dejar a los niños dentro del coche, vigilar que beben agua con frecuencia y evitar hacer ejercicio durante las horas de más calor.