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Alergias asociadas al calor: por qué ocurren, síntomas y tratamiento

Este tipo de afecciones pueden ser más difíciles de identificar ya que la reacción no se produce de forma inmediata tras estar expuesto a la sustancia que la provoca

Alergias asociadas al calor: por qué ocurren, síntomas y tratamiento

Las altas temperaturas pueden provocar reacciones alérgicas al calor | Angel Garcia (Zuma Press)

Cuando la temperatura corporal sube demasiado, como ocurre en los días más calurosos o después de entrenar intensamente, por ejemplo, algunas personas pueden experimentar la conocida como «alergia al calor». Esta se traduce en pequeñas reacciones alérgicas en la piel, caracterizadas por aparecer también pequeñas bolitas y comezón.

La causa exacta de esta alergia es desconocida, aunque algunas de las teorías que se valoran es que puede ser una respuesta del sistema nervioso al estrés provocado por el aumento de la temperatura corporal. En otras ocasiones también está ligada a otro tipo de alergia: al sudor.

Este tipo de alergia puede aparecer en personas de cualquier edad; sin embargo, es más común en bebés, niños, ancianos y personas que tengan que estar en cama. Las regiones a las que más suele afectar, además, son el cuello y las axilas.

Síntomas de este tipo de alergia

Los principales síntomas de esta condición son:

  • Pequeñas ronchas rojas o sarpullido en las regiones expuestas al sol o en las que más transpiran.
  • Comezón en las zonas más afectadas.
  • Puede haber formación de costras en las zonas donde se presentan las ronchas si la persona se rasca.
  • Aparición de placas rojizas en la piel.
  • Hinchazón en la región que estuvo más expuesta al sol.

Aparte de estos síntomas, si la persona permanece mucho tiempo expuesta al sol o al calor, puede acabar desarrollando otros: náuseas, diarrea, dificultad para respirar, vómitos y cansancio excesivo. Estos son también indicios de insolación, por lo que hay que tratarlos según las indicaciones del médico.

Alergia al sudor, consecuencia del calor excesivo

La sudoración excesiva es uno de los inconvenientes de las altas temperaturas. Aunque es un proceso natural del organismo para poder enfriar el cuerpo y regular la temperatura, también puede provocar reacciones alérgicas en algunas personas.

Según los expertos, esta alergia surge como una reacción de la piel después de que esta haya estado expuesta al frío o al calor, y se manifiesta en forma de picor o de ronchas. Lo que produce es que el sudor provoque una reacción alérgica a nivel cutáneo, pero esta está provocada normalmente por la ropa, el desodorante o el jabón.

Al igual que ocurre con la alergia al calor, los principales síntomas de esta alergia son las erupciones, ronchas o sarpullidos cutáneos en las zonas de mayor transpiración: pies, cuello, axilas o brazos. También puede causar picor, descamación o hinchazón en las zonas que han estado más expuestas al sol. Hay casos en los que, además, la persona puede llegar a sentir náuseas, dolor de cabeza, aumento de salivación, dificultad para respirar y excesivo cansancio.

Para evitar esta patología lo mejor es evitar aquellas actividades en las que se vaya a sudar en exceso, así como darse baños de agua fría, utilizar tejidos naturales y usar productos antitranspirantes. Por último, es muy importante mantener la piel hidratada con protección solar en todo momento antes exponerla al sol.

Alergia al cambio de temperatura

Las condiciones ambientales juegan un papel clave a la hora de desarrollar alergias
Las condiciones ambientales juegan un papel clave a la hora de desarrollar alergias. Foto: Pixabay

La genética no es lo único que influye a la hora de desarrollar una alergia, sino que las condiciones ambientales también juegan un papel relevante. Aunque la más común es la asociada a la polinización propia de la primavera, lo cierto es que los cambios de temperatura por sí solos también pueden desencadenar un proceso alérgico.

El problema con este tipo de alergias es que pueden no ser tan fáciles de identificar, ya que no son como aquellas cuyo patrón de síntomas aparecen justo después de haber estado expuesto a la sustancia que la provocan. Es por eso que a veces puede confundirse con otras patologías, por lo que hay que estar pendientes en caso de que se repitan algunos síntomas, como pueden ser:

  • Congestión y secreción nasal.
  • Estornudos.
  • Carraspeo y dolor de garganta.
  • Lagrimeo y picor de ojos.
  • Irritación en la boca, labios y garganta.
  • Ataques de tos.
  • Sibilancias (sonido silbante y chillón durante la respiración).
  • Dificultad para respirar.
  • Sarpullidos y eccema en la piel.

Cómo tratar este tipo de alergias

En el caso de la alergia al cambio de temperatura, es importante evitar, dentro de lo posible, someterse precisamente a esos cambios bruscos de temperatura. Aunque es recomendable consultar con un especialista, tanto la rinitis como la la afectación ocular y de garganta se pueden paliar con medicamentos antihistamínicos.

En cuanto a las afecciones cutáneas, también el uso de antihistamínicos puede ser eficaz, así como el uso de cremas antiinflamatorias. Estos antihistamínicos también pueden ser eficaces en el caso de la alergia al sudor.

En cuanto a cómo tratar la alergia al calor, lo mejor es mantener la piel bien hidratada con cremas que tengan sábila o calamina, ya que tienen una acción calmante. Aparte de esto, las duchas con el agua a temperatura ambiente o fría, beber mucha agua, usar ropas livianas, evitar transpirar excesivamente y estar en un sitio aireado y fresco también pueden ayudar con los síntomas.

En casos más graves, en los que estos remedios no sean suficientes, puede hacer falta usar lociones, cremas o pomadas que contengan corticoides como pueden ser la hidrocortisona o betametasona, pero esto solo bajo prescripción médica. Además, su uso debe ser en pequeñas cantidades, aplicándolas en una capa fina durante un periodo de tiempo corto para evitar que dañen la piel.

En cuanto a los bebés, lo recomendable es limpiarles el cuello con un paño suave y limpio, lo que ayuda a disminuir el sarpullido y la irritación. Ponerle talco puede ayudar a mantenerle la piel seca, sin embargo, si continúa sudando, esto puede no ser suficiente y será mejor bañar al bebé varias veces al día, utilizando solo agua.

Otro remedio que suele ser eficaz es utilizar té de manzanilla ligeramente frío o a temperatura ambiente para hacer una compresa que ayude a aliviar la irritación. Lo único que hace falta es mojar en el té una gasa o un paño limpio y luego aplicarlo sobre el sarpullido.

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