Una ballena jorobada navega 5.000 kilómetros por el Pacífico con la espalda rota
El cetáceo tiene toda la parte inferior de su tronco en forma de ‘S’, probablemente como resultado por un golpe con un bote
Imagen aérea de Moon. | BCWhales.org.
Durante casi tres meses, Moon, una ballena jorobada, ha navegado por las corrientes oceánicas surfeando oleajes hasta llegar desde las aguas de la Columbia Británica a Hawai. 5.000 kilómetros que no serían destacables, ya que es habitual en este tipo de cetáceos hacer estas largas travesías, si no fuese porque los ha realizado con la espalda rota.
«Es absolutamente increíble», ha dicho Janie Wray, directora ejecutiva e investigadora principal de BC Whales, una organización sin fines de lucro que estudia los cetáceos en la costa oeste de la provincia, en declaraciones a The Guardian. De esta forma, Wray señala que Moon podría fallecer pronto por el gran esfuerzo realizado y hace hincapié en que durante su travesía por el Pacífico, además, tuvo que sortear con gigantes depredadores marinos. «Se te rompe el corazón», agrega.
En septiembre, un dron fotografió a una ballena jorobada con una lesión grave en la parte inferior de la espalda. «Toda la parte inferior de su tronco se dobló en una forma de ‘S’ antinatural, probablemente como resultado de un golpe con un bote», apunta la directora ejecutiva de BC Whales, que agrega: «Fue golpeada por algo bastante fuerte. Nunca había visto algo así en mi vida como investigadora».
A pesar de la lesión grave, el 1 de diciembre, Moon fue avistada frente a la costa de Maui, a más de 4.800 km de donde los investigadores tomaron nota por primera vez de su lesión.
Las ballenas jorobadas alcanzan casi 50 pies de largo, pesan casi cuatro toneladas y son conocidas por los inmensos viajes que emprenden cada año, viajando desde aguas gélidas cerca de Alaska hasta las aguas tibias de México y Hawai, donde se reproducen y dan a luz. «Esta migración es parte de su cultura, de su tradición. Moon probablemente nació en Hawai. Y simplemente regresa todos los años, porque eso es lo que su madre le enseñó a hacer», ha dicho Wray. «Se ha transmitido de madre a cría. Eso es probablemente lo que la llevó a viajar todo ese camino con su lesión».
