Así está la gestación subrogada en el mundo: desde EEUU hasta el caso de Portugal
Entre 2010 y 2020, se registraron en España 2.520 bebés nacidos por esta práctica. Esto es lo que dice la ley en los países en los que está permitida
En España, la gestación subrogada o por sustitución está prohibida según Ley de Reproducción Asistida de 2006. | EP
La reciente maternidad de Ana Obregón a los 68 años mediante gestación subrogada ha generado un nuevo debate que ha enfrentado a partidos políticos y asociaciones feministas. Un asunto con implicaciones éticas y morales complejas que se ha convertido en un debate nacional centrado en si debe regularse o no en España.
En nuestro país la gestación subrogada o por sustitución está prohibida según Ley de Reproducción Asistida de 2006 y, además, en la nueva ley del aborto aprobada en febrero se califica como violencia contra las mujeres. Sin embargo, existe un vacío legal que permite a las parejas recurrir a esta técnica fuera de España y volver a nuestro país con el bebé sin ningún tipo de impedimento. Esto es posible gracias a una instrucción del 5 de octubre de 2010 de la Dirección General de los Registros y del Notariado que permite en algunos supuestos la inscripción de menores objeto de transacción comercial en los registros civiles de consulados en el extranjero.
No obstante, este resquicio legal ha convertido esta técnica en una práctica elitista accesible en nuestro país solo para quien se lo puede permitir económicamente. Los países en los que están permitida esta práctica son: Canadá, Estados Unidos, Rusia, Ucrania, Georgia, Reino Unido, Grecia, Portugal, México, Sudáfrica, Tailandia o India.
Veamos lo que dice la ley en cada uno de estos países.
Estados Unidos
Estados Unidos es el país más garantista para recurrir a esta técnica, aunque el coste del proceso ronda entre los 100.000 y 120.000 euros. No obstante, hay que tener en cuenta que la normativa que regula la subrogación en EEUU depende de cada estado, e incluso hay estados donde está prohibida y está considerada delito penal (Nueva York, Arizona, Míchigan, Kansas, Louisiana, Nebraska o Indiana).
Otros estados imponen ciertas condiciones que hay que cumplir, como en Texas, donde es necesaria la aprobación de un juez, o en Tennessee donde ambos miembros de la pareja han de aportar sus gametos. En Utah, por ejemplo, los padres deben estar casados y la gestante no puede aportar carga genética.
Sin embargo, en los estados donde la gestación subrogada está permitida sin ningún tipo de restricción y para todo modelo de familia (Florida, California, Arkansas, Delaware, New Hampshire, Nevada e Illinois) esta práctica se da con todas las garantías, tanto como para la mujer gestante como para los futuros padres.
De esta forma, la mujer gestante tiene que tener entre 20 y 40 años, no puede prestar sus propios óvulos, no puede fumar, tiene que firmar un contrato en el que se especifica que renuncia al bebé, tiene que acreditar con informes médicos que está emocionalmente preparada para la subrogación y tiene que acreditar estabilidad económica. Por otro lado, se permite la negociación económica con la gestante. Además, el bebé llega a España con doble nacionalidad y con una sentencia judicial que da acceso a la inscripción automática como ciudadano español.
Canadá
En Canadá, donde la gestación subrogada tiene un coste de unos 50.000 euros, la técnica también está permitida para todo tipo de parejas y madres y padres solteros. Las madres gestantes deben ser mayores de 21 años y deben haber tenido un hijo antes del procedimiento. Además, solo está permitida la variedad altruista de la gestación subrogada y el bebé, al igual que en EEUU, llegaría a España con doble nacionalidad y con una sentencia judicial que da acceso a la inscripción automática en el Registro Civil.
Sin embargo, las empresas de gestación subrogada son de tamaño muy reducido. De esta forma, según reflejan en su web varias agencias de gestación subrogada españolas que trabajan en Canadá, se encuentran pocas mujeres gestantes y los tiempos de respuesta y los canales de comunicación son limitados.
Ucrania
Antes de la guerra, Ucrania era el país más socorrido por los españoles y europeos por cercanía y costes: unos 35.000 euros. Sin embargo, hay ciertas restricciones a la hora de recurrir a esta técnica en este país, y es que solo está permitida para parejas heterosexuales, menores de 51 años y el padre tiene que poner la carga genética. Además, la madre tiene que ser incapaz de gestar por su cuenta y la gestante es totalmente anónima y no puede reclamar la maternidad.
Por otro lado, inicialmente no se obtiene sentencia judicial que acredite que el bebé es hijo de los padres españoles. Por lo que el bebé llega a España con un pasaporte ucraniano en el que figura como hijo del padre y la madre españoles, y para regularizar la situación y nacionalizar al bebé como español, habrá que pasar por varios procesos judiciales que pueden demorarse, de media, entre seis meses y un año.
Rusia
En Rusia, donde el coste ronda los 80.000 euros, son muchos más restrictivos a la hora de llevar a cabo la gestación subrogada. Solo está permitida para parejas heterosexuales casadas. Y al igual que en Ucrania, la madre tiene que ser incapaz de gestar por su cuenta y la gestante, que ha de tener entre 20 y 35 años y tiene que haber tenido un hijo propio con anterioridad, no puede aportar carga genética, es decir, no puede aportar sus óvulos para no tener vínculo genético con el niño. Además, en el caso de que esté casada tiene que aportar el consentimiento del marida.
Al igual que en Ucrania, los padres no obtendría inicialmente una sentencia judicial, sino que al llegar a España deberán comenzar con todo el proceso judicial para registra al niño en el Registro Civil como hijo propio.
Georgia
En Georgia, sólo es accesible para parejas heterosexuales (no es necesario estar casados) y la madre debe acreditar un problema médico que le impida gestar. Además, también es imprescindible usar carga genética del padre para regresar a España, ya que al igual que en Rusia y Ucrania, no se obtiene sentencia judicial que acredite que el bebé es hijo de los padres españoles, por lo que, una vez en nuestro país, deben comenzar con todo el proceso judicial para regularizar la situación y nacionalizar al bebé como español.
Por su parte, la mujer gestante, debe tener más de 35 años, un nivel socioeconómico medio-alto y haber tenido un hijo con anterioridad. El coste oscila entre los 40.000 y 50.000 euros.
Portugal
En Portugal, sólo está permitida la gestación subrogada altruista. Es decir, la gestante no puede recibir remuneración o compensación económica alguna por llevar a término el embarazo, aunque los gastos médicos y los extras deben ser abonados por los padres, ya que no existe seguridad social.
La ley de gestación subrogada en Portugal exige que la madre adoptante deba acreditar con certificado médico que no tiene útero o que, fruto de problemas médicos, su útero no podrá gestar un bebé. La ley no hace mención a otras posibles razones, por lo que se reducen las posibilidades de acceso, según Gestlife.
Además, solo pueden llevar a cabo procesos de gestación subrogada en Portugal ciudadanos extranjeros, que sean parejas heterosexuales y entre la mujer gestante y los padres del bebé tiene que haber un vínculo de consanguinidad.
Reino Unido
En Reino Unido está permitido tanto para las parejas heterosexuales como homosexuales, aunque están excluidas las personas solteras. Un requerimiento legal es que, tras el parto, los padres intencionados tienen seis meses para solicitar la paternidad, o el bebé pasaría a ser el hijo legal de la gestante. De igual forma, en este periodo la gestante tiene derecho a retractarse y quedarse con el bebé. Otra condición especial es que al menos uno de los dos miembros de la pareja debe residir allí.
Por último, no hay agencias españolas que trabajen en México, Sudáfrica, Tailandia o India, ya que se ha demostrado que las agencias locales captan a mujeres en situación de pobreza, y se han dado casos de prácticas que violan sus derechos.
