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Nuevos fósiles revelan que los hadrosáuridos habrían vivido en el Cretácico superior

El hallazgo revela que la Patagonia chilena fue un refugio para formas primitivas de los dinosaurios con ‘pico de pato’, que habrían llegado desde Norteamérica

Nuevos fósiles revelan que los hadrosáuridos habrían vivido en el Cretácico superior

Reconstrucción de un 'Gonkoken nanoi', una forma primitiva de los hadrosaurios. | Gabriel Díaz Yantén

El descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio pone en tela de juicio la teoría de que los hadrosáuridos ‘pico de pato’ dominaron el Cretácico superior. Los científicos sugieren que este hallazgo podría demostrar que hubo un dinosaurio pico de pato transicional que se instaló en la zona subantártica de la actual Sudamérica antes de la llegada de sus familiares más avanzados.

Gonkoken nanoi es el nombre de este dinosaurio herbívoro en el que se centra un estudio que se publica hoy en la revista Science Advances. Se trata de un animal que vivió hace 72 millones de años en el extremo sur de Chile y se le asocia a un linaje ancestral de hadrosaurios del que no había registro en todo el hemisferio sur. Los investigadores estiman que sus dimensiones oscilaban de los 3,5 a los 4 metros de largo y que podría haber alcanzado hasta una tonelada de peso.

Detalle de una tibia in situ de Gonkoken nanoi. / Universidad de Chile.

«Los hadrosáuridos fueron los dinosaurios de mayor distribución en el mundo y como tales fueron capaces de vivir en una diversidad de ambientes», explica a SINC Jhonatan Alarcón, de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile y primer autor del estudio. «No existe evidencia confiable de que estos animales hayan alcanzado las regiones del extremo austral en las que vivió Gonkoken, el cual era una forma más primitiva que esta especie».

«No existe evidencia confiable de que los hadrosáuridos alcanzaran las regiones del extremo austral en las que vivió ‘Gonkoken’»

Por tanto, «el hallazgo prescribe una reinterpretación del registro de fósiles parciales de pico de pato hallados en el sur de la Patagonia y la Antártida. Ya no se puede suponer a priori que los restos de estas regiones pertenezcan a hadrosáuridos», según se lee en la presentación del artículo que firman los autores.

Un nombre tehuelche

«Gonkoken posee una mezcla de características primitivas y avanzadas; es decir, es un dinosaurio transicional o eslabón evolutivo hacia las formas desarrolladas», destaca, por su parte, Alexander Vargas, director de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile y uno de los autores del estudio. «Este animal es entre 6 y 12 metros más pequeño que los dinosaurios pico de pato avanzados, tenía menos filas de dientes en sus mandíbulas, y los premaxilares en el hocico superior que dan forma a su característico ‘pico de pato’ eran más simples, sin agujeros o depresiones accesorias».

El paleontólogo también describe el Gonkoken como esbelto, con la capacidad para «adoptar fácilmente una postura tanto bípeda como cuadrúpeda para alcanzar la vegetación en altura y a ras de suelo. Además, poseían un comportamiento social y cuidaban de sus crías».

Reconstrucción de un esqueleto de Gonkoken nanoi. / Francisco Hueichaleo

El nombre del recién descubierto dinosaurio tiene su origen en la lengua aónikenk (tehuelche del sur), un pueblo nativo que habitó esta zona hasta finales del siglo XIX. «Como todos los hadrosaurios conocidos, el Gonkoken nanoi poseían un pico similar al de un pato, por lo que quisimos que su nombre aludiera a esa característica», señala Alarcón.

Para bautizarlos, los investigadores juntaron las palabras ‘gon’ (parecido a) y ‘koken’ (pato salvaje o cisne). De este modo, Gonkoken significa ‘parecido al pato o cisne silvestre’. «En cuanto al término ‘nanoi’, se utilizó para reconocer a Mario ‘Nano’ Ulloa, quien fue de gran apoyo logístico en los primeros descubrimientos de animales y plantas fósiles en esta zona», indica el investigador principal.

«El Gonkoken posee una mezcla de características primitivas y avanzadas, es decir, es un dinosaurio transicional»

Alexander Vargas, autor del estudio

La expedición paleontológica durante la que tuvo lugar el descubrimiento se desarrolló en el valle del río Las Chinas, una zona cercana a las Torres del Paine (en la Patagonia chilena) que ha sido epicentro de importantes desenterramientos de fósiles en los últimos años. En 2013, el Instituto Antártico Chileno (INACH) había descubierto fragmentos de huesos amarillentos en el fondo de una ladera en esta zona, lo que inauguró una década de trabajo que ha culminado con la identificación de una nueva especie de dinosaurio y la reconstrucción digital de su esqueleto.

Un tesoro evolutivo

«Los Hadrosauridae fueron los dinosaurios herbívoros más diversos y extendidos globalmente hacia el final de su era», en palabras de Alarcón. «Se originaron en el hemisferio norte (probablemente en Norteamérica), pero también llegaron a África y Sudamérica, atravesando barreras marinas que detuvieron a la mayoría de los organismos terrestres».

Los individuos más evolucionados desplazaron a otros herbívoros, incluyendo linajes más antiguos del mismo grupo. «Esto ha llevado a sugerir que los dinosaurios con pico de pato avanzados probablemente superaron a otros animales en la competencia por las fuentes de alimentación», declara el primer autor del artículo.

«El Gonkoken sobrevivió a los hadrosaurios avanzados porque estos no llegaron tan al sur»

Lo inesperado del Gonkoken es que corresponde a una versión anterior de los hadrosaurios descritos hasta ahora en Sudamérica. De acuerdo con los estudios filogenéticos y biogeográficos desarrollados por el equipo, la hipótesis más plausible es que el animal proceda de formas transicionales originarias de Norteamérica, que habrían sobrevivido en el extremo austral hasta el momento de la extinción masiva, ocurrida hace 66 millones de años.

Rutas de dispersión hipotéticas de los Gonkoken nanoi. / Science Advances

La llegada del animal transicional al hemisferio sur del continente americano pudo producirse antes que la de formas más avanzadas. Según Alarcón, «esta ventaja temporal les permitió alcanzar tierras más lejanas a las cuales los hadrosáuridos más evolucionados no llegaron antes de su extinción. En ausencia de estos competidores, las especies transicionales sobrevivieron como relictos en estas regiones australes».

La Patagonia en el Cretácico

La flora, la fauna e incluso la geografía de la Patagonia eran muy diferentes hacia el final del Cretácico superior. «En general, durante la era de los dinosaurios, el clima era más cálido y húmedo que el actual. Incluso la Antártida tuvo una considerable diversidad de animales y vegetación», describe Alarcón.

Hace unos 72 millones de años, la Tierra atravesó un período de enfriamiento, «si bien las regiones donde vivía Gonkoken seguían siendo más cálidas que las de hoy, con temperaturas medias próximas a los 15 o 20 °C», añade.  Estos animales vivían en un ambiente continental, más cercano a la cordillera de los Andes que a la costa, caracterizado por la presencia de grandes ríos entrelazados.

«El hallazgo abre una ventana única para conocer mejor los enigmáticos ecosistemas del Cretácico superior»

«También en Norteamérica, hacia finales de la era de los dinosaurios, había distintas subfamilias de hadrosáuridos en variadas latitudes. Algunos autores interpretan que diferentes tipos de dinosaurios pico de pato tenían distintas preferencias climáticas, y esto también puede ser el caso para Gonkoken», explica el investigador.

Se conoce muy poco sobre las condiciones medioambientales en las regiones australes hacia el fin de la era de los dinosaurios. «La región de Magallanes (Chile) se conectaba frecuentemente con la península antártica, por lo que (este hallazgo) nos provee una ventana única a estos ecosistemas enigmáticos», considera Vargas, ya que “sugiere que las regiones más australes de Sudamérica pudieron funcionar como ‘refugios’ para especies extintas en otras partes del planeta”.

En este sentido, el Gonkoken nanoi es el primer pico de pato transicional encontrado en el hemisferio sur y no existe evidencia concluyente sobre la llegada de los hadrosáuridos a regiones australes como la Antártida. De ahí que otros restos de dinosaurios comúnmente atribuidos a esta especie podrían en realidad pertenecer a las formas transicionales.

«Descubrimientos adicionales de regiones poco exploradas en el sur global continuarán desvelando información importante sobre las similitudes y diferencias entre los ecosistemas de antes de la extinción de estos animales en el mundo», concluyen los autores.

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