THE OBJECTIVE
El blog de Lucía Etxebarria

Pero, ¿de verdad se cree lo que dice?

Cuando vemos a un político mentir descaradamente en televisión o en una rueda de prensa o cuando nuestra pareja nos mantiene tranquilamente la mirada soltándonos una mentira, a veces sospechamos que se creen lo que dicen…

Pero, ¿de verdad se cree lo que dice?

Bolaños preside en Palencia la primera Conferencia Sectorial de Justicia de la legislatura. | EP

Ayer Bolaños compareció en televisión diciendo con la mayor tranquilidad que la Comisión de Venecia avalaba la Ley de Amnistía. Basta con leer el informe de la Comisión de Venecia para darse cuenta de que eso es falso, de que el informe dice más bien lo contrario.

¿El ministro Bolaños mentía a sabiendas de que mentía o se creía lo que estaba diciendo?

José Luis Ábalos se presentó en el programa de Risto Mejide y al menos le pillé en una mentira bien gorda, y sin embargo la expresó con la máxima convicción. Y creo que ningún especialista en comunicación no verbal que no conociera los antecedentes de Ábalos hubiera pensado que estaba mintiendo puesto que Ábalos no mostró ninguno de los signos de comunicación no verbal que comúnmente se asocian una mentira.

En muchas ocasiones vemos a mentirosos que se reafirman una y otra vez en su mentira hasta tal punto de que la persona víctima de la mentira empieza a dudar sobre su propia cordura. Sobre la suya, la de la víctima, y no sobre lla del mentiroso. ¿Cómo puede el mentiroso mantenerse tan firme en la bola y no resquebrajarse en ningún momento?
La respuesta es fácil: Porque se cree su propia mentira.

Muy recientemente, en un coaching privado de escritura expresiva, le pedí a una mujer que se llevaba muy mal con su madre y con la que tenía frecuentes broncas que me contara la historia de su madre narrada desde la perspectiva de su madre en primera persona. Como si ella fuera su propia madre. Este ejercicio de contar la misma historia según la perspectiva de diferentes personas muchísimas veces empieza a aportar datos que la persona que escribía desconocía o en los que no había reparado. No es lo mismo escribir la historia que narrarla en viva voz porque escribiendo se recopilan muchos más datos.

Mi clienta, por ejemplo, no le perdonaba a su madre que, cuando mi clienta era niña, hubiera tenido una relación extramatrimonial con un famoso político español. Cuando contaba la historia desde la voz de su madre decía » no pude evitarlo porque me enamoré de sus ojos verdes llenos de sabiduría». Y en alguna ocasión más en el texto repetía lo de los ojos verdes.

Le pregunté a mi clienta por qué había escrito «verdes’ en el texto cuando los ojos de aquel señor eran negros. Me dijo: «no, son verdes, mi madre siempre han dicho que eran verdes». Bastó ver las fotos del señor que se encuentran por Internet para comprobar que eran negros. Tirando del hilo nos dimos cuenta de que la madre había mentido. En realidad no se había liado con aquel famoso político ( al que sí conocía, pero con el que era poco probable que hubiera mantenido una relación íntimauna relación íntima) sino con otra persona, alguien que era amigo del padre. Y para protegerle a él , al amante real, se inventó un amante de mentira, mintió cuando el padre descubrió lo que pasaba, y dijo que las cartas que el padre había interceptado en realidad las había escrito otra persona, el político de marras.

Pero esto pasó hace treinta años, y ahora la señora tiene setenta y seis. Y en su cabeza los recuerdos se han mezclado y ella ahora cree que estuvo liada con el político.

El experimento del examen robado

En 1994 , cuatro psicólogas sociales condujeron el siguiente experimento:

Unos estudiantes tenían que robar las preguntas de un examen de álgebra en el despacho del profesor.

La forma de robarlo era muy complicada .Tenían primero que hacer una copia de la llave del despacho. Y tenían que llevarse apuntadas las claves del acceso a su ordenador. Y tenían que hacer el robo en la hora exacta en la que el profesor se iba a tomar al café con dos estudiantes vigilando la salida.

Dos los estudiantes se les dividió en tres grupos . Y luego les fue llevando de uno en uno a una «sala de interrogatorios».
Antes de entrar se les dieron las siguientes órdenes.

Grupo 1 .Tenía que admitir lo que había pasado, reconocer la verdad y contar lo que había sucedido.
Grupo 2. Tenía que negarlo todo pero sin dar explicaciones.
Grupo 3. Tenía que inventarse una coartada diciendo que habían estado en la cafetería con otros amigos, y dar datos concretos,falsos. Contar una mentira con todo tipo de detalles para que pareciera lo más real posible.

Pasaron dos semanas y se les pidió a los estudiantes que escribieran una historia de cómo habían hecho el robo.

  • Los del grupo 1 lo narraron con todo tipo de detalles , tal y como había sucedido.
  • Los del grupo 2 recordaron más o menos la , no muy claramente.
  • Los del grupo 3 no recordaban gran cosa de cómo había sido el robo. Y alguno incluso estaba convencido de que no había participado en realidad en el robo ,y de que simplemente les habían pasado las preguntas.

¿Qué sucedió?, ¿Cómo pudo ser que la mentira alterara la memoria?

El efecto de inflación en las mentiras

La mentira inflada, el hecho de que te creas tus propias mentiras, puede explicar la mayor aparición de recuerdos falsos relacionados con el engaño (Riesthuis et al., 2022). Por ejemplo, Pickel (2004) exploró cómo la información autofabricada afecta nuestra capacidad de recordar la verdad.

Los participantes de su experimento vieron un vídeo de un robo y a algunos se les pidió que inventaran descripciones falsas del presunto ladrón. Cuando se volvió a realizar la prueba una semana después, los participantes que habían inventado sus descripciones del ladrón a menudo confundieron sus propias representaciones falsas con la verdad.

Por lo tanto, incluso después de un período de tiempo relativamente corto, los mentirosos pueden tener dificultades para distinguir sus mentiras de la realidad. Ya que construir y compartir información falsa puede conducir a una inflación de las creencias, alterando así los recuerdos originales.

El efecto anclaje

El efecto de anclaje, que se produce en el momento en que se dice una mentira, vincula al mentiroso con su primera versión fabricada de los hechos. Por ejemplo, cuando la madre de mi cliente mintió sobre la identidad del autor de las cartas que su marido había descubierto, ya no podía cambiar la versión después. El verdadero autor de las cartas era amigo de su marido y estaba dentro de su círculo social, y ella no podía cambiar de versión.

Esta primera versión falsa en general puede motivar al mentiroso a ceñirse a una versión «exacta» de su historia falsa para evitar ser descubierto. Tiene que repetir una y otra vez la misma historia y con los mismos detalles. Se ve obligado a recordar los detalles de la historia falsa que se ha montado en la cabeza. Como resultado, la versión inicial de la mentira es la que más influye en la distorsión de la memoria (Polage, 2012).

Por ejemplo, Polage (2017) exploró los efectos de decir una mentira, en lugar de simplemente planear mentir, en la creencia de un individuo en la verdad.

Los participantes se dividieron en cuatro grupos:

  • Preparar y decir una mentira,
  • Decir una mentira espontáneamente ( la primera que se les viniera a la cabeza en ese momento)
  • Preparar una mentira pero no decirla,
  • Ni preparar ni decir una mentira.

Dos semanas después, todos los participantes completaron una prueba de Inventario de Eventos de Vida, evaluando si habían experimentado eventos específicos antes de los diez años.

Los resultados indicaron que los participantes que dijeron una mentira, independientemente de si fue planeada o espontánea, eran más propensos a incorporar eventos falsos en sus recuerdos en comparación con aquellos que solo planearon una mentira pero nunca la compartieron.

Por tanto, el acto de decir una mentira tiene un mayor potencial para modificar recuerdos verdaderos en comparación con la simple planificación de una mentira. Y así se prueba la influencia del efecto de anclaje.

Con esto quiero decir, por ejemplo, que cuando el ministro Bolaños se ve obligado a repetir una y otra y otra vez que la Comisión de Venecia ha avalado la ley de amnistía o si el exministro Ábalos se ve en la tesitura de tener que decir y repetir, una y otra y otra vez, que jamás sospechó de lo que Koldo García pudiera estar haciendo a sus espaldas, es más que posible que con el tiempo acaben creyendo lo que dicen

El olvido motivado

Otro factor que puede contribuir a la incorporación de información creada por uno mismo en recuerdos verdaderos es el olvido motivado. El fenómeno mediante el cual los individuos olvidan ciertos eventos porque desean hacerlo (Polage, 2017).
Por ejemplo, una persona que experimentó un evento traumático puede no recordarlo, ya que los recuerdos del evento son extremadamente desagradables.

Esto lo he encontrado a menudo en talleres de escritura expresiva. A partir de un test ( el test de los cuentos de hadas) se extrae un evento traumático. Por ejemplo, puede aparecer en ese test que esa persona ha sufrido un abuso sexual. Cuando le pides que escriba un cuento sobre una niña que ha sufrido un abuso sexual, al escribir esa persona empieza a recordar. Los detalles que van surgiendo en el cuento son demasiado específicos para no ser reales.

La disonancia cognitiva

Cuando las personas mienten, pueden experimentar disonancia cognitiva,. Es decir: un estado de pensamientos o actitudes contradictorias cuando las creencias personales contradicen las acciones. Esta disonancia puede motivar a una persona a suprimir recuerdos de actividades que no se alinean con su moral.

Un ejemplo: en el hipotético caso de que el señor Ábalos hubiera realmente pagado por prostitutas, pero eso vaya en contra de su moral , puede decir que nunca pagó, porque en su cabeza realmente no las pagó, ya que finalmente quien pagó fue otro. Otra persona que fue la que le entregó a la prostituta el sobre con el dinero. En ese caso hipotético el ministro, en su cabeza, podría reconstruir el evento de tal manera que aquella mujer estaba allí porque le había gustado el ministro y por nada más.
De manera similar, las personas que se sienten incómodas con la culpa son más propensas a creer sus propias mentiras para aliviar la culpa asociada con el engaño (Shu et al., 2011). Esta supresión de la disonancia cognitiva motiva a los mentirosos a olvidar que mintieron, ayudándoles a alinear sus creencias con sus acciones.

¿Cómo pueden las mentiras distorsionar nuestros recuerdos?

Dado que mentir es algo común en la vida diaria, nos recuerda que es esencial considerar cómo la mentira puede afectar nuestros recuerdos genuinos. Todos deberíamos ser más consciente de cómo mentiras aparentemente inofensivas pueden conducir a la creación de recuerdos falsos y a la erosión de recuerdos precisos.

Las consecuencias de los recuerdos falsos pueden ser de gran alcance, ya que un testigo ocular que fabrica información sobre un sospechoso puede contribuir a condenas y arrestos injustos en investigaciones criminales. Además, la reconstrucción de recuerdos debido a la mentira dentro de las relaciones personales puede deteriorar la confianza y la intimidad compartida entre los individuos.

Si bien puede ser poco realista esperar que las personas se abstengan por completo de mentir, es importante que sean conscientes de cómo las mentiras pueden afectar la memoria.

Le propongo a usted un experimento. Un experimento que puede usted realizar hoy mismo.

  • Recuerde donde pasó el fin de año.
  • Recuerde quienes estaban sentados a la mesa con usted.
  • Ahora escríbales un mensaje de WhatsApp a cada uno de ellos y pregúnteles qué tipo de pescado cenaron en la mesa. Si cenaron pescado entonces pregúnteles qué tipo de carne cenaron. Así estará usted creando un falso anclaje y estará creando ya una distorsión en la realidad.
  • Pregúnteles cuál fue el menú de la cena.

    Si había más de cinco personas en aquella mesa ya verá usted como no coinciden todos los menús.

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