Teleasistencia e iniciativas colaborativas para la atención de mayores y respiro familiar en verano
Según expertos las familias a cargo de personas mayores sienten bastante ansiedad y estrés a la hora de poderse tomar unas vacaciones
La OMS define el síndrome del cuidador como el trastorno caracterizado por el agotamiento físico y psíquico de personas a cargo del cuidado de una persona dependiente, en su mayoría personas mayores, y considera, como refleja un informe, el disfrute del tiempo libre algo esencial para conseguir el equilibrio psíquico y social de la persona.
Según expertos las familias a cargo de personas mayores sienten bastante ansiedad y estrés a la hora de poderse tomar unas vacaciones, no solo por no saber con quién dejarlos, o si los dejan, saber que no están solos. En España muchos de estos cuidadores son los propios cónyuges o familiares mayores de 65 años. Según datos de Statitas, España ocupa el segundo lugar junto a Reino Unido, con más mayores cuidando de algún familiar dependiente de 75 años (9%), seguido de Suecia (7%). A la cabeza se sitúa Francia como el primer país con mayor población mayor de 65 cuidando de algún familiar mayor dependiente de 75 (18%).
Según datos de Imserso los servicios de cuidado a personas mayores más demandados son el Servicio de Teleasistencia que cuenta con un número más elevado de personas usuarias. Se trata de un servicio altamente feminizado, el 75% son mujeres, y cuenta con un elevado porcentaje de personas usuarias de 80 y más años (69,7%). Así como los Servicios de Atención Residencial, que ofrecen alojamiento y manutención a las personas mayores de manera permanente o temporal.
Las estancias temporales en residencias duplican sus ingresos en verano respecto al resto del año, según datos aportados por DomusVi, la principal empresa del sector en España que cuenta con 144 centros residenciales, además, de centros de atención diurna, de atención a la discapacidad y de salud mental en todo el territorio. A finales de 2023, la compañía contaba con 18.923 plazas, entre las que se encuentran las dedicadas a estancias temporales y respiro familiar que permiten que las personas mayores estén atendidas cuando el cuidador necesita tomarse un periodo de descanso, especialmente en la época estival.
Datos del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada-SoledadES manifiestan que los mayores junto a los jóvenes son los que más sienten esa sensación. En verano esta sensación aumenta. Otras alternativas más centradas en combatir la soledad de las personas mayores son las colaborativas basadas en aplicaciones para generar intercambios. En Bilbao, la asociación Kuvu conecta a personas de diferentes generaciones para compartir vivienda y compañía mutua. Otras iniciativas como Vincles (Fundación iSocial) utilizan sistemas tecnológicos que permiten recopilar información territorial estandarizada, para detectar situaciones de soledad de manera actualizada, inmediata y veraz.