Díaz usa la bala de reducir la jornada con los sindicatos para tapar el fracaso de su gestión
Los laboralistas creen que el anuncio «tiene un componente político, propagandístico y de fuegos de artificio»
Yolanda Díaz ha aprovechado la proximidad de las vacaciones de Navidad para sellar un acuerdo social a dos bandas con los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, y cerrar así lo que, según la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, «se estudiará en todas las universidades del mundo», la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas a la semana.
Esta medida se aprobará este lunes en el último Consejo de Ministros del año, acompañada de un registro de control horario y de normas a favor de la desconexión digital. Las patronales de empresarios no han firmado este pacto -mantienen fuentes consultadas-, por su carácter radical y sin contenido técnico desarrollado. Estos acuerdos, señalan, tienen que valorar sectores, empresas y territorios. En la actualidad, ya hay cerca de 4.500 mesas abiertas entre las organizaciones sindicales y empresarias, en el marco de una negociación colectiva que lleva operando 40 años.
De ahí que fuentes del diálogo social -explican a THE OBJECTIVE– crean que el anuncio de Yolanda Díaz «tiene un componente político, propagandístico y de fuegos de artificio y cuentos de Navidad», puesto que esta reforma llega al Congreso con muy poco debate detrás y escaso conocimiento del contenido, y es posible que también con apoyos insuficientes para que salga adelante.
Pero a la ministra de Trabajo -insisten fuentes parlamentarias y sindicales- «no le quedan más balas que la de reducir la jornada laboral, y necesita llamar la atención. Además, la formación política que representa prácticamente no existe y necesita venderse como sea de cara a un posible adelanto electoral. Yolanda Díaz no ha sido capaz de conseguir ningún avance en el marco del diálogo social. Se encuentra en una posición precaria». Ahora, su reto -argumentan-, «es tapar ese fracaso con un acuerdo social en el que faltan las patronales y en el que se enfrenta al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, asemejándolo a Nadia Calviño, pero utilizando la única fuerza que le ampara: el peso que tiene en el Consejo de Ministros, sabiendo que Pedro Sánchez se puede llevar otro varapalo en el Parlamento y salir escaldado, como lo que ha sucedido con el triunfo del veto a las empresas energéticas»
«En el libro de las grandes conquistas»
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«El avance civilizatorio y nueva página en el libro de las grandes conquistas», como así califica la titular de la cartera de Trabajo el acuerdo para Trabajar menos y vivir más, contrasta con lo que opinan algunas fuentes sindicales, que admiten que se trata más bien de «un golpe de efecto» con el que disimular el fracaso de no haber podido aplicar ni tan siquiera la primera fase de esta reforma, que pasaba por una reducción a 38,5 horas semanales.
Fue Pepe Álvarez, secretario general de UGT el que este pasado viernes reconoció «ser consciente de que el pacto con las patronales tendría más valor para este acuerdo, de modo que -dijo- en todo caso, abrimos las puertas a la CEOE, pues sabemos que estamos ante un proceso complejo. Así que podemos y debemos hablar, insistió, para formar una amplísima mayoría en el Congreso.
La complejidad, como anticipa el dirigente de UGT, no es otra que el trámite parlamentario. Las fuentes políticas coinciden en señalar que Sánchez va a tener verdaderos obstáculos para sacar esta medida adelante, porque en determinados temas económicos no va contar con el respaldo de algunos socios de investidura. En ese sentido se pronunció hace tiempo el líder sindical al remarcar que las grandes reformas son las que obtienen el mayor respaldo.
La pyme, la más perjudicada
Este viernes, y apenas unas horas después del anuncio de la ministra de Trabajo, la patronal de la pequeña y la mediana empresa, Cepyme, advirtió de que la imposición de la reducción de la jornada laboral de 37,5 horas a la semana afectará al 75% del mercado laboral, excepto a las grandes empresas, que ya se sitúan en 37,2 horas
La pyme -sostiene la organización empresarial que preside el empresario Gerardo Cuerva– «será la más afectada por una reducción del horario a 37,5 horas semanales debido a su menor productividad, rentabilidad y sus inferiores recursos organizativos, a su mayor dificultad para adaptarse a cambios en el corto plazo, así como a la menor presencia del convenio de empresa en este segmento, según el reciente informe Impacto de la reducción de la jornada laboral en la pyme, del servicio de Estudios de Cepyme.
El convenio de empresa, suscrito principalmente por empresas de mayor tamaño -dice Cepyme- ya ha permitido reducir la jornada a 37,2 horas semanales. Sin embargo -añade-, la reducción de jornada afectará en general a tres de cada cuatro trabajadores (el 75%), que sí están cubiertos por convenios colectivos, es decir, y según el informe del servicio de Estudios de Cepyme, en torno a los 8,8 millones de asalariados, con impacto diferencial según ramas de actividad. En actividades inmobiliarias, hostelería, agroganadería, comercio y actividades profesionales, los trabajadores que hacen jornadas superiores a las 37,5 horas semanales son el 85% del total.
«Un recorrido tortuoso»
Sindicatos como la Unión Sindical de Trabajadores y USO han presentado alegaciones al proyecto de ley de reducción de jornada laboral, señalando a este diario que el documento de la consulta pública previa a la tramitación del proyecto de ley tiene aún menos contenido que la ley de uso del tiempo. USO quiere defender como alternativa y para enriquecer el texto, en el caso de obtenga el respaldo de las Cortes, que en lugar de nuevos contratos se incentiven que los tiempos parciales -que la mayoría de las veces no son voluntario, explica Sara García de las Heras, secretaria sindical de USO- se conviertan en contratos a tiempo completo.
Jorge Puente, abogado laboralista, indica que «la alteración del tiempo de trabajo, altera el sinalagma [contrato bilateral en el intercambio de prestaciones] funcional del contrato de trabajo, alterando las obligaciones de las partes y alterando los elementos sustanciales del nexo contractual. Asimismo, añade el socio de Puente Legal Abogados, esta reducción concreta «no solo es que vaya a tener un tortuoso recorrido parlamentario, sino que tiene que prever un prolijo régimen transitorio de adaptación y aplicación para adaptar toda la normativa laboral a tal regulación. En definitiva -afirma Puente-, fuegos de artificio y fotos de Navidad para mantenerse artificiosamente en los medios en estas fechas».
Eva Poptcheva, doctora en Derecho Constitucional y alta funcionaria del Parlamento Europeo, critica el acuerdo a dos bandas de Yolanda Díaz en este post: «Democratizar el tiempo, dice la Vicepresidenta. Sería bueno democratizar las tomas de decisiones para que la decisión sobre la reducción o no de la jornada laboral la negocien los actores sociales (sindicatos y empresas) en vez de imponérsela desde el Consejo de Ministros».