El Sabadell refuerza su plantilla con 200 empleados más desde la opa de BBVA
La entidad catalana frena además el ritmo de cierre de sucursales en España en el último año tras la operación hostil

Una oficina del Sabadell | Europa Press
El Sabadell ha aumentado su plantilla en unos 200 trabajadores más en España desde que BBVA lanzó la oferta pública de adquisición de acciones (opa) con carácter hostil, a principios de mayo del año pasado. Además, ha frenado el ritmo en el cierre de sucursales desde entonces.
La entidad, de acuerdo con las cifras recabadas por THE OBJECTIVE, contaba a cierre de junio de 2025 con un total de 13.638 empleados, frente a los 13.441 de marzo de 2024. Por tanto, el aumento de su fuerza laboral es de 197 personas.
España se ha convertido prácticamente en su único mercado tras haber acordado la venta de la filial británica al Santander para hacer frente a la opa de BBVA y tener dinero para repartir un dividendo extraordinario de 2.500 millones a sus accionistas a principios de 2026. Su nuevo plan estratégico en solitario se centra en un crecimiento de la actividad para mantener a flote sus resultados, aunque estos serán en torno a un 18% inferiores a los que registrará este ejercicio, en los que se incluirán los aportados por TSB.
El Sabadell está decidido a aumentar su negocio y sus clientes y apuesta por fortalecer su plantilla, sobre todo con trabajadores vinculados al mundo de la tecnología. De hecho, una de las patas del proyecto es impulsar la digitalización y captar usuarios a través de los canales online.
Pese a esta apuesta cada vez más tecnológica, el banco catalán ha frenado el cierre de oficinas desde la opa. Aunque en el segundo trimestre de 2024, con la opa ya sobre sus espaldas, recortó en una treintena la red de sucursales, desde entonces ha ido frenando las clausuras. Desde junio del año pasado, tan solo ha echado abajo la persiana de seis centros de distribución y atención físicos. En la actualidad cuenta con 1.153 sucursales repartidas por todo el territorio nacional.
El recorte de personal proyectado por BBVA con su opa ha sido una de las motivaciones principales que ha llevado al Gobierno a impedir la fusión de ambos bancos en al menos tres años. Una decisión que ha soliviantado a la Comisión Europea, que ya ha iniciado un expediente sancionador contra España al considerar que la medida vulnera las normas comunitarias.
La intención del grupo vasco era despedir a unos 5.000 empleados tras la integración para lograr unas sinergias de costes de 850 millones. Ahora no podrá hacerse este ajuste, aunque si toma el control del Sabadell podría llevar a cabo reducciones puntuales de personal para mermar los gastos e ir haciendo más rentable la operación hasta poder materializar la fusión.
El Sabadell, tras la primera intentona de BBVA en 2020, ejecutó un drástico ajuste de plantilla para mejorar su situación y aumentar la rentabilidad. En 2021 despidió a más de 3.400 trabajadores en nuestro país. Ahora, poco a poco, está llevando a cabo contrataciones. El resto del sector también está aumentando su fuerza laboral para adaptarse sobre todo a un mundo cada vez más tecnológico.
Esta previsto que la opa culmine en octubre. El grupo vasco ha decidido seguir adelante con ella pese a las limitaciones del Gobierno y ha aplazado hasta septiembre el inicio del proceso de adhesión de los accionistas del Sabadell. Los inversores están presionando para que eleve el precio propuesto e incorpore una parte (más de 1.500 millones) en metálico para garantizarse el éxito.
La mejora es posible, no solo porque BBVA dispone de capital sobrante, sino porque, de tomar el control del Sabadell, percibirá más de la mitad de los 2.500 millones comprometidos por este último tras la venta de TSB. De momento, la cúpula del vasco se resiste a incrementar la contraprestación, aunque el mercado da por hecho que lo hará una vez arranque el plazo de adhesiones. La prima ofrecida está en negativo desde hace tiempo y roza el 15% en la actualidad, por lo que se descuenta un aumento sustancial.
Al Sabadell, de seguir en solitario, le gustaría llevar a cabo una fusión con un banco mediano en España (Unicaja, Abanca, Kutxabank), pero es consciente de que no hay apetito en el sector por este tipo de operaciones. Moncloa ya intentó hace unos meses forzar una de estas integraciones para evitar intervenir en la opa, pero ninguna entidad dio su brazo a torcer.