Cinco años después de Río de Janeiro, regresa la gran cita del deporte mundial. Con las gradas vacías y la pandemia del coronavirus[contexto id=»460724″] aún muy presente, una ceremonia marcada por la innovación tecnológica y un énfasis visual y artístico que busca paliar la ausencia de público.
Las claves: la celebración inaugural ha comenzado a las 20:00 hora local, las 13:00 en España, y ha durado tres horas, con un espectáculo coreográfico de luces, sonido y danza. En las gradas del Estadio Olímpico, con capacidad para 68.000 espectadores, solo han sido ocupados 950 asientos por invitados por la organización, entre ellos dignatarios de una quincena de países y organismos internacionales, así como representantes políticos nipones, patrocinadores y organismos deportivos. Los Juegos Olímpicos han quedado oficialmente «abiertos» este viernes por el emperador japonés Naruhito y el pebetero, encendido por la tenista Naomi Osaka, ya ilumina el cielo de Tokio.
Un gran despliegue pirotécnico envolvió una gala con acento español gracias a la actuación de Alejandro Sanz que interpretó Imagine de John Lennon.
Hoy el honor me teletransporta a otro mundo.Voy a ser parte de la ceremonia inaugural de los JJOO🏅 Mi voz, será la de todos; tiemblo, de felicidad 🙏
I’m excited to be a part of the #Tokyo2020 @Olympics Opening Ceremony! https://t.co/pg0SCOfWYT. #StrongerTogether #Olympics pic.twitter.com/tL0PSuBrkO— Alejandro Sanz (@AlejandroSanz) July 23, 2021
La distancia social y un estricto protocolo de seguridad marcaron el desfile de las delegaciones, que inauguró Grecia como marca la tradición, y clausuró Japón como país anfitrión. España desfiló en el puesto 88 y con el piragüista Saúl Craviotto y la nadadora Mireia Belmonte al frente como abanderados.
Una ceremonia en la que la mayoría de los países han apostado por la igualdad entre sus abanderados proponiendo una representación mixta con presencia femenina y masculina a la vez. Por otro lado, el ambiente festivo contrastó con los emotivos homenajes y referencias que se están dedicando a las víctimas de la pandemia del coronavirus, motivo por el que se aplazaron las Olimpiadas.
Se trata de los Juegos más caros de la historia (15.400 millones de dólares) y contarán con el mayor despliegue de seguridad en Japón, 8.500 efectivos de las Fuerzas de Autodefensas desplegadas y 60.000 policías patrullando las calles y las 42 sedes deportivas.
El pebetero permanecerá encendido hasta el próximo 8 de agosto. La cita comienza en mitad de un estado de emergencia en la capital anfitriona, que sufre una nueva ola de contagios y en los últimos días sumó casi 2.000 casos diarios de contagios, una cifra que no alcanzaba desde enero y que preocupa a las autoridades, además de las últimas polémicas que han marcado estos últimos días, como el cese del responsable de ceremonia de apertura.