El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha vaticinado que el país alcanzará para el verano la inmunidad colectiva de la COVID-19, cuya propagación está llevando a varios países a endurecer las restricciones de entrada a sus territorios pese a la campaña de vacunación.
Lo más importante: el nuevo mandatario ha asegurado que Estados Unidos, el país más enlutado por la pandemia con más de 420.000 muertos, estará «bien encaminado hacia la inmunidad de rebaño» para el verano y que en primavera se podrá administrar masivamente la vacuna. «Será un desafío logístico que excederá todo lo que hayamos probado en este país», ha dicho a la prensa sobre la vacunación en masa.
Pero, mientras tanto, Estados Unidos se ha sumado a Francia, Israel y Suecia para limitar ciertas llegadas, respondiendo a la preocupación por las nuevas cepas del coronavirus[contexto id=»460724″], más contagiosas, originadas en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil. Nueva Zelanda ha anunciado que detectó un caso este lunes de la variante sudafricana y Estados Unidos ha notificado su primer caso de la cepa brasileña.
En ese contexto, la empresa de biotecnología estadounidense Moderna ha querido lanzar un mensaje esperanzador al asegurar que su vacuna es eficaz contra las variantes británica y sudafricana del coronavirus. Los expertos confían en que la vacuna «debería proteger contra estas variantes recién detectadas», ha afirmado Moderna tras una prueba de laboratorio, precisando que intentará desarrollar una dosis adicional para aumentar la protección contra esas cepas.
En México, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, se ha convertido en la figura pública más reciente en dar positivo por la enfermedad, aunque ha dicho que tiene síntomas leves, y está trabajando, aislado, desde su despacho. En ese país también el magnate de las comunicaciones Carlos Slim, el hombre más rico de América Latina, ha dicho estar contagiado con el virus aunque con «síntomas menores». México, el cuarto país más golpeado por la enfermedad en cifras absolutas, superó la barrera de las 150.000 muertes, según cifras oficiales difundidas este lunes.
En Washington, este lunes empezaba a regir la prohibición de entrada a la mayoría de ciudadanos no estadounidenses procedentes de Reino Unido, Brasil, Irlanda y gran parte de Europa, y también Sudáfrica, según un alto funcionario de la Casa Blanca. Biden endureció la semana pasada las normas de uso de mascarillas y ordenó cuarentena para las personas que vuelan al país, que ha superado los 25 millones de casos y ha registrado 420.965 muertes.