Bruselas aprueba las directrices para la negociación de las relaciones post-Brexit con el reloj presionando
El visto bueno abre la puerta al inicio en marzo de las discusiones con Londres, cuya fecha límite es el 31 de diciembre
La Unión Europea ha aprobado este martes las directrices de negociación con el Reino Unido sobre la futura relación comercial entre ambos, durante la cual los europeos buscarán garantías contra una competencia desleal por parte de Londres, según han indicado varias fuentes europeas a la AFP. El visto bueno abre la puerta al inicio en marzo de las discusiones con Londres, que deberán finalizar para el 31 de diciembre.
El negociador europeo Michel Barnier liderará a los ahora 27 en unas discusiones que suelen tomar años, pero que Bruselas y Londres tienen que cerrar para finales de 2020 por la negativa del primer ministro británico, Boris Johnson, a prorrogarlas. «La presión del tiempo es inmensa y los intereses son enormes. (…) Será un trabajo duro, tenemos un camino difícil por delante», ha declarado el canciller holandés, Stef Blok, al llegar a la reunión de ministros del bloque que aprobó el mandato.
El Reino Unido puso fin en enero a 47 años de membresía al proyecto europeo, si bien sigue aplicando las normas europeas hasta finales de 2020 mientras ambas partes intentar cerrar su futura relación diplomática y comercial.
A partir de marzo, los negociadores deberán deshacer la actual estrecha relación económica y comercial entre históricos socios para construir una nueva a ambos lados del Canal de la Mancha, que ya enfrenta escollos.
Francia y Alemania insistieron evitar así la competencia desleal por parte de Reino Unido, que está llamado a convertirse, junto a Estados Unidos, en el principal socio comercial de la UE. «Una cuestión clave», para el ministro alemán Michael Roth.
«Nos parece sumamente importante (…) que podamos, sobre la base de las normas europeas a lo largo del tiempo, mantener condiciones recíprocas en materia de ayudas de Estado, normas laborales, fiscales», dijo su par francesa Amélie de Montchalin.
Además de las condiciones de la competencia, los asuntos de fricción entre Londres y Bruselas no escasean, como el futuro lugar de los servicios financieros en la UE o la cuestión muy sensible de la pesca. El mandato de los europeos insiste en el hecho de que el futuro acuerdo sobre pesca tendrá que «mantener un acceso recíproco» a las aguas territoriales de los dos países, lo que parece difícil que Londres lo acepte.
La UE desearía también que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) tenga la última palabra para interpretar el derecho de la UE, en caso de diferendo entre Londres y Bruselas, lo que el Reino Unido rechaza.