La Organización de los Juegos Olímpicos de Tokio ha encargado 18.000 camas fabricadas con cartón para que sólo puedan soportar el peso de un atleta y disuadir así que los participantes se expongan al coronavirus teniendo relaciones sexuales sobre ellas.
En contexto: En los Juegos de Río de Janeiro en 2016 el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió distribuir gratuitamente entre atletas, entrenadores y otros miembros de las delegaciones, unos 450.000 preservativos. Por otro lado, en los Juegos de Invierno de Pieongchang de 2018, la utilización de la app de citas Tinder ascendió un 350%, una muestra más de que en las olimpiadas, además de deporte, se practica mucho sexo.
El Athletes Village, construido junto con la Bahía de Tokio cuenta con 18.000 camas y está compuesto por 21 torres de apartamentos destinados para los protagonistas de los Juegos Olímpicos que se celebran en la capital nipona.
Con la utilización de estas camas, aparte de intentar mantener las medidas sanitarias[contexto id=»460724″] y los llamados grupos burbuja, la organización quiere asegurar la sostenibilidad y la responsabilidad ecológica del evento, gracias al cartón 100% reciclable con el que se han fabricado. Aunque la efectividad de la medida anti-sexo que se pretende conseguir se antoja dudosa (la cama no es un bien imprescindible a la hora de mantener relaciones sexuales), esta decisión sí contribuye a cumplir con las aspiraciones sostenibles que los organizadores desean transmitir.
La organización de los Juegos Olímpicos se comprometió a priorizar la sostenibilidad en la edición de este año, para limpiar la imagen de Japón como un país emisor de carbono y demostrar que pueden apostar a un futuro verde.
Otra de las medidas renovables se basa en la energía sustentable. Tokio se fijó el objetivo de usar 100% de electricidad renovable para los Juegos. Sin embargo, solo de 30% a 35% de esta energía vendrá directamente de fuentes verdes, principalmente solar y biocombustibles. «Las sedes que no pueden adquirir electricidad renovable de las empresas locales convertirán su energía no renovable en renovable mediante la compra de certificados de energía verde», aseguran los organizadores.