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El Congreso rechaza elevar a 18 años la edad para casarse

Toda la oposición ha rechazado este martes la propuesta del PP para elevar la edad mínima legal para poder casarse de los 16 a los 18 años por considerar que se trata de una realidad «residual» que solo afecta al 0,03 % de los matrimonios y que supone un recorte de derechos a los jóvenes ya emancipados, informa Efe. La iniciativa popular, que quería instar al Gobierno a aumentar ese umbral de acuerdo con las recomendaciones de distintos organismos internacionales, entre ellos la ONU, ha recibido 130 votos a favor, 203 en contra y 3 abstenciones.

El Congreso rechaza elevar a 18 años la edad para casarse

Toda la oposición del Congreso de los Diputados ha rechazado este martes la propuesta del PP para elevar la edad mínima legal para casarse de los 16 a los 18 años por considerar que se trata de una realidad «residual» que solo afecta al 0,03 % de los matrimonios y que supone un recorte de derechos a los jóvenes ya emancipados, informa Efe. La iniciativa popular, que quería instar al Gobierno a aumentar ese umbral de acuerdo con las recomendaciones de distintos organismos internacionales, entre ellos la ONU, ha recibido 130 votos a favor, 203 en contra y tres abstenciones.

Durante el debate, la diputada Silvia Heredia (PP) ha justificado su proposición no de ley en que en los últimos 10 años se han celebrado 2.500 matrimonios con uno de los cónyuges menores (en el 90 % de los casos, niñas); de ellos, 929 ocurrieron entre 2013 y 2017. Además, entiende que esos enlaces son una realidad que «tenemos en las calles» y que suelen darse en un contexto de pobreza, desigualdad de género y falta de protección de los derechos de la infancia, sobre todo entre colectivos vulnerables, como el gitano. «Como gitana les pido que demos el paso», ha subrayado Heredia, instando a los grupos del Congreso a que «se olviden de que esta propuesta la firma el PP y voten en conciencia» y equiparen la situación española a la de otros países como Dinamarca, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Portugal, Bélgica o Suecia.

Sin embargo, no ha logrado convencer a la oposición, donde el PSOE y Ciudadanos habían supeditado su voto a que aceptara sus respectivas enmiendas; también Podemos ha planteado un texto de sustitución, aunque desde el principio ha criticado el «puritanismo» de la propuesta. Así, la socialista Ángeles Álvarez ha criticado que solo 19 meses después de que entrara en vigor la reforma de la Ley de Jurisdicción Voluntaria, que ya incrementó de 14 a 16 años la edad mínima requerida para contraer matrimonio, el PP vuelva a proponer aumentarla con la única intención de «desviar la atención de otros asuntos».

Se trata de una iniciativa con la que se conseguiría «el esperpento de imponer a una joven de 17 años ser madre, pero no dejarla casarse», ha censurado Álvarez, quien ha afeado al PP que haya legislado para «desproteger a las mujeres e imponerles embarazos, partos y maternidades no deseadas». Al PSOE se le antoja necesario un estudio que analice los efectos de la última reforma en este sentido y de la situación actual del matrimonio.

Desde Ciudadanos, Patricia Reyes ha recriminado al PP que siga sin poner en marcha el Pacto de Estado contra la Violencia de Género ni culminar la ley de erradicación de violencia contra la infancia. A esto se une que se trata de jóvenes que ya están emancipados, lo que conllevaría una limitación de sus derechos, que «este medio folio de proposición no de ley» no justifica. «Día a día se van posicionando en un lugar más conservador», ha criticado en el Congreso Reyes antes de condicionar su postura a la aceptación de su enmienda, en la que urgía a implementar las medidas del citado Pacto de Estado relativas al matrimonio forzoso y a una evaluación de si la edad actual supone de verdad una vulneración de los derechos de los menores, entre otras cuestiones.

«Es como una ideología de otro tiempo», ha señalado la diputada de Unidos Podemos Ángela Rodríguez, para quien esta proposición es «similar a otras que tienen que ver con medidas populistas e infantilizadoras que lo que quieren hacer es prohibir». Mientras el PP sigue instalado, a juicio de Rodríguez, «en la Edad Media» con iniciativas propuestas como esta, «no realista ni apoyada en datos», el pasado 18 de marzo se demostró que las mujeres desean «poder elegir cómo quieren que sean sus vidas».

Ester Capella, de ERC, ha opinado que los chicos de 16 años «no son niños, mucho menos cuando están emancipados», y tienen reconocidos derechos y obligaciones. Mikel Legarda, del PNV, ha añadido que «disponen de capacidad de obrar» en multitud de ámbitos como el de otorgar testamento, trabajar o ser testigos y oídos en juicio, entre otros muchos, al tiempo que ha echado en falta un análisis «sosegado» sobre un asunto de tal «enjundia».

En el grupo mixto del Congreso, Lourdes Ciurò no ha alcanzado a ver la «conveniencia» de hacer esta modificación ante una realidad tan «residual», al igual que Enric Bataller, que ha apuntado a un recorte de derechos pese a la «irrelevancia de los números». Solo a Isidro Martínez, de Foro Asturias, le ha parecido «bien esta propuesta» porque son sobre todo niñas las que «se han visto sometidas a casamientos» antes de los 18.

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