Arqueólogos vascos hallan lo que podría ser el primer plano urbano de la prehistoria ibérica
Arqueólogos vascos han descubierto en el poblado de Basagain un castro de la Edad del Hierro situado en Anoeta (Gipuzkoa) que podría ser el primer plano urbano de la prehistoria ibérica.
Arqueólogos vascos han descubierto en el poblado de Basagain un castro de la Edad del Hierro situado en Anoeta (Gipuzkoa) que podría ser el primer plano urbano de la prehistoria ibérica: una pieza de piedra «arenisca triásica», con distintas líneas grabadas, que parecen representar una calle central, con casas anexas alineadas a ambos lados. Los arqueólogos Xabier Peñalver y Eloisa Uribarri encontraron esta piedra «excepcional» tras veinticinco años de trabajo en este yacimiento, informa Efe.
Peñalver ha explicado que la pieza data de hace unos 2.300 años y tiene unas dimensiones de 36,5 centímetros de largo por 29,5 de ancho y un grosor de entre 3,5 y 4 centímetros. «Tras numerosos trabajos de comparación», el arqueólogo platea la posibilidad de que las líneas grabadas en su superficie representan «una planta de una parte del poblado de Basagain». El hallazgo ha sido presentado en un acto celebrado en la Diputación de Gipuzkoa, al cual han asistido el diputado de Cultura, Denis Itxaso, y la directora de este departamento foral, María José Telleria.
Presentamos un hallazgo arqueológico extraordinario. En Basagain, Anoeta, el equipo de Xabier Peñalver descubre una laja con grabaciones rectilíneas que bien podrían representar el primer plano de un asentamiento urbano en Euskal Herria, o incluso península ibérica. #prehistoria pic.twitter.com/tbfsRQwWnJ
— Denis Itxaso (@DenisItxaso) July 13, 2018
Según el experto, el grabado «definiría un eje o una calle central, transversalmente y, a ambos lados, lo que podría ser un grupo de viviendas claramente diferenciadas entre sí». Las «señalizaciones», algunas marcadas con una «X», refuerzan la «individualización» de las partes representadas, añade Peñalver. El trazado guarda similitud con las estructuras urbanas halladas en otras excavaciones de la misma época, como el poblado alavés de La Hoya en Laguardia o el navarro de Alto de la Cruz de Cortes, entre otros, y es por ello por lo que ambos arqueólogos barajan la posibilidad de que se trate de un plano urbano. Sin embargo, también plantean una segunda hipótesis, según la cual el plano grabado en la piedra podría ser la «representación de parcelas diferenciadas» que reflejan, «mediante marcas», lo que pueden ser «propiedades o campos de cultivo».
Los trabajos arqueológicos realizados en los últimos años en el poblado de Basagain han permitido descubrir parte de la muralla que lo rodeaba completamente, de 3,5 metros de anchura, decenas de lajas con incisiones rectilíneas variadas y estelas decoradas y alineadas en lo que pudiera ser la entrada al recinto fortificado. Aunque aún se desconoce la utilidad de estas estelas en el poblado, Peñalver ha destacado que «todo apunta a una notable complejidad mental por parte de sus autores».
Basagain es uno de los diez poblados fortificados o castros localizados hasta la fecha en Gipuzkoa, ocupa una superficie de alrededor de dos hectáreas y está ubicado en un montículo desde el que se domina el valle del río Oria, con una situación estratégica debido a la proximidad de recursos de hierro en sus cercanías. Tradicionalmente, sus habitantes realizaban objetos como herramientas, armas y otras piezas con este metal. También comerciaban tanto a corta como a larga distancia, como demuestra el descubrimiento de un brazalete de vidrio procedente de Europa central. Además, trabajaban la alfarería y cuidaban de animales domésticos, tal y como muestran los restos de fauna encontrado en las excavaciones, donde también se han localizado semillas calcinadas.