Katy Perry ha hecho referencia por primera vez a las acusaciones que lanzaron en su contra por acoso sexual en 2019. «Vivimos en un mundo en el que nadie puede decir nada», ha afirmado la cantante.
En contexto: la denuncia contra Katy Perry procede del actor y modelo Josh Kloss, coprotagonista junto a ella del vídeo del tema Teenage dream. El actor, a través de su cuenta de Instagram, calificó de «abusivos y denigrantes» los días de trabajo junto a la artista.
La cantante estadounidense ha declarado en una entrevista con The Guardian que no hay ninguna investigación sobre ello. «No quiero decir ‘culpable hasta que se demuestre lo contrario’, pero no hay control ni equilibrio: un titular simplemente vuela, ¿verdad?», ha añadido.
Katy Perry, quien dice preferir «no añadir ruido al ruido, solo verdad», tampoco se ha detenido a desmentir las acusaciones en su contra bajo la excusa de que no comentar todo lo que se dice sobre ella y porque, en su opinión, «es una distracción del auténtico movimiento MeToo».
Josh Kloss denunció en un comentario en su Instagram que Perry solo se mostraba amable con él cuando estaban a solas, pero que en público era «fría como el hielo» y que llegó a calificar de «asqueroso» tener que besarlo para las secuencias.
Kloss también contó que declinó una invitación de la cantante para ir juntos a club de strip tease y relató que le hizo pasar un momento «embarazoso» en una fiesta cuando le bajó los pantalones y los calzoncillos delante de los demás invitados.
A esas acusaciones se unieron las de la presentadora Tina Kandelaki, quien afirmó que Perry, visiblemente ebria, la manoseó «inapropiadamente» e intentó besarla en una fiesta.
Perry actualmente está embarazada de su primer hijo, fruto de su relación con el actor Orlando Bloom, y se encuentra de promoción por Smile, el que será su quinto álbum de estudio, que se publica el 28 de agosto.